Crítica:CINE EN T.V.E.

Dos en la escalera

Bastante mal recibida en su momento, tanto por el público como por la crítica, fue La escalera, la película que Stanley Donen realizó en 1967 y que hizo tambalear peligrosamente su carrera, hasta el punto que, si bien ha seguido trabajando intermitentemente, ya nunca más volvería a ser creador de éxitos como Cantando bajo la lluvia o Siete novias para siete hermanos.Sin embargo, lejos de tratarse de una obra despreciable, La escalera -que adapta una pieza teatral de Charles Dyer- sintoniza abiertamente con la película anterior de Donen, Dos en la carretera, proponie...

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Bastante mal recibida en su momento, tanto por el público como por la crítica, fue La escalera, la película que Stanley Donen realizó en 1967 y que hizo tambalear peligrosamente su carrera, hasta el punto que, si bien ha seguido trabajando intermitentemente, ya nunca más volvería a ser creador de éxitos como Cantando bajo la lluvia o Siete novias para siete hermanos.Sin embargo, lejos de tratarse de una obra despreciable, La escalera -que adapta una pieza teatral de Charles Dyer- sintoniza abiertamente con la película anterior de Donen, Dos en la carretera, proponiendo el mismo marco de reflexión sobre la crisis de la pareja, sobre sus angustias y sus frustraciones, sobre la erosión que el paso del tiempo provoca en sus relaciones, más patéticas cada día. Sólo que la pareja objeto de análisis en La escalera está formada por dos hombres. Dos hombres maduros que han vivido y se han amado durante aproximadamente 30 años y ahora no son capaces de mantener sus lazos atados.

Ese componente homosexual dio a la película su pequeño toque de polémica -además, claro está, de no poderla ver en nuestras pantallas hasta 10 años después de su realización, hasta 1977-, todo y que Donen esquivó elegantemente el sensacionalismo para plegarse al estudio de caracteres. Naturalmente, nada sería lo mismo sin la aportación de dos grandes figuras del arte británico interpretando a los dos personajes del filme, dos personajes prácticamente únicos. Rex Harrison y Richard Burton -los galanes de Cleopatra- llevan a cabo, en efecto, portentosas composiciones, pasando del melodrama al humor sin en ningún momento dejar de ser creíbles (paréntesis obligatorio: una lástima va a ser no poder escuchar sus propias voces, que son voces fabulosas, incomparables, de todo punto imprescindibles en una película como ésta, donde el diálogo, enclaustrado entre las paredes del apartamento, ayuda a entender el deterioro de la pareja, la fugacidad del amor y el imperio irreversible de la soledad a que el destino empuja a sus protagonistas).

La escalera se emite hoy, a las 22.40, por TVE-2.

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