Entrevista:

"Soy un obrero del tenis"

Emilio Sánchez Vicario llega a los octavos de final de Roland Garros por tercer año consecutivo

Emilio Sánchez Vicario, que hoy cumple 23 años, se ha clasificado por tercer año consecutivo para los octavos de final del torneo de tenis de Roland Garros. Nunca ha superado esta ronda, pero su regularidad le ha permitido asentarse entre los 20 primeros del mundo en los últimos años. Emilio, que se enfrentará al francés Yannick Noah, ganador de Roland Garros en 1983, considera que los años de su lanzamiento han terminado y que ahora hay que tomarse las cosas con más tranquilidad para jugar menos torneos a lo largo del año. Ha madurado como persona, aunque considera que todavía puede mejorar c...

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Emilio Sánchez Vicario, que hoy cumple 23 años, se ha clasificado por tercer año consecutivo para los octavos de final del torneo de tenis de Roland Garros. Nunca ha superado esta ronda, pero su regularidad le ha permitido asentarse entre los 20 primeros del mundo en los últimos años. Emilio, que se enfrentará al francés Yannick Noah, ganador de Roland Garros en 1983, considera que los años de su lanzamiento han terminado y que ahora hay que tomarse las cosas con más tranquilidad para jugar menos torneos a lo largo del año. Ha madurado como persona, aunque considera que todavía puede mejorar como jugador, "pero tengo muy claro que no soy un artista; soy un obrero del tenis".

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Emilio Sánchez Vicario no ha tenido un buen inicio de temporada. En los torneos de pista rápida llegó a la final de Indian Wells (EE UU), donde perdió ante Boris Becker (RFA). Pero en los torneos en tierra batida, su mejor superficie, las cosas le han ido mal. No ha ganado ninguno de los torneos menores, su especialidad, y perdió en la primera ronda en Montecarlo y en Roma. En Roland Garros, sin embargo, parece haber recuperado la fuerza que le faltaba.Pregunta. ¿Qué ha sucedido en estos primeros meses de 1988 para que las cosas le fuesen tan mal?

Respuesta. Ha pasado algo muy extraño. Estuve entrenándome durante meses para adaptarme al juego de pista rápida. Y no me fue mal. Pero cuando volví a mi tierra batida, no quería correr (Risas) En las pistas rápidas los puntos se ganan con el saque y uno o dos golpes. En la tierra hay que correr. Y, de pronto, me encontré con unos jóvenes que corrían como desesperados para ganarme. Ellos corrían, y yo no.

P. En París, sin embargo, se le ve mejor.

R. Poco a poco me he ido adaptando. Además, he llegado muy fresco. En los años anteriores llegaba a París tras haber jugado muchos partidos, y me sentía quemado. Ahora, como no he tenido suerte, me siento más ambicioso.

Menos torneos

P. Este año, además, parece haber decidido por fin rebajar su número de torneos.R. En 1987 jugué 27 torneos, lo que casi es un récord. Este año me quedarà en 18 o 19. Pero voy a seguir yendo a los torneos en pista rápida, pese a que si jugase sólo en tierra, como hace el sueco Kent Carlsson, estaría entre los 10 primeros del mundo. A finales de 1987 me sentí muy cansado. Psicológicamente estaba agotado de tanto jugar, de tanto viajar. A veces, cuando estaba en un hotel perdido en un rincón del mundo, me preguntaba: "¿Qué hago yo viajando tanto?". El jugar tantos torneos te impide rendir al 100% en muchas ocasiones. Por eso quiero jugar menos para hacerlo mejor. Aunque también es verdad que este año voy a jugar más exhibiciones que nunca. Las exhibiciones son más relajantes y, muchas veces, más rentables. Tienes menos nervios y no dejas de jugar, por lo que te sirve de entrenamiento.

P. ¿Significa algo especial para usted jugar en Roland Garros?

R. Con Wimbledon, es mi torneo favorito. Siempre tengo unas ganas especiales de hacerlo bien en París. Hay que tener en cuenta que es uno de los pocos sitios donde un tenista puede alcanzar la gloria.

P. Usted ha logrado buenos resultados en los torneos grandes, pero nunca ha llegado a las rondas finales.

R. En Roland Garros hay que estar muy bien y, además, tener suerte. Pero es cierto que es el paso que me queda por dar. Los grandes torneos me han desbordado un poco en los años anteriores. He dejado pasar posibles victorias ante Boris Becker, en 1986, y ante Andrés Gómez, en 1987, en partidos que tenía muy bien encarrilados.

Higueras

P. Mucha gente piensa que José Higueras, que le precedió como número uno español en la generación anterior a la suya, era un jugador con sus mismas características. Sin embargo, él no ha alcanzado el carisma popular del que usted goza ahora en España.R. Yo todavía no he llegado a conseguir lo que hizo Higueras. Entre otras cosas, él llegó dos veces a las semifinales de Roland Garros. Pero Higueras tuvo la mala suerte de llegar justo después de dos monstruos como Santana y Orantes.

P. Higueras vive en Estados Unidos porque se casó con una norteamericana. Otro deportista español, Severiano Ballesteros, ha trasladado su residencia oficial a Montecarlo. ¿Ha pensado usted alguna vez en vivir fuera de España?

R. Ballesteros seguramente estaba agobiado por sus problemas con Hacienda. Yo no los tengo, porque lo declaro todo. Sería estúpido que no lo hiciera, porque mis ganancias salen publicadas hasta en la Prensa. Pero, pase lo que pase, yo siempre viviré en España, y seguramente siempre en Barcelona, porque, después de Río de Janeiro, es la ciudad que más me gusta.

P. ¿Está usted contento de haber elegido la vida de tenista profesional?

R. Sí. Yo no me veía estudiando años y años para ser médico o abogado. Hubiese temido la sensación de perder el tiempo. En realidad, creo que todo el mundo se encuentra metido en una historia desde pequeño, y va rodando en la bola en la que está metido casi sin darse cuenta. Yo estoy en el tenis, como podría haberme tocado ser fontanero.

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