Sarasola, los 'Albertos' y la permuta

El empresario Enrique Sarasola, amigo personal del presidente Felipe González, intervino en la entrada de los Albertos -Alberto Alcocer y Alberto Cortina- como mayores accionistas del Banco Central, según informa El Globo en su número de esta semana.Sarasola es accionista de Ibermer, creada por Álvaro Álvarez Alonso el pasado verano. Álvarez Alonso fue hasta entonces responsable de Merril Lynch en España, y es consejero -añade la revista- de la empresa constructora Focsa, controlada por los Albertos. La sociedad Ibermer intervino en la operación de Cartera Central que ...

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El empresario Enrique Sarasola, amigo personal del presidente Felipe González, intervino en la entrada de los Albertos -Alberto Alcocer y Alberto Cortina- como mayores accionistas del Banco Central, según informa El Globo en su número de esta semana.Sarasola es accionista de Ibermer, creada por Álvaro Álvarez Alonso el pasado verano. Álvarez Alonso fue hasta entonces responsable de Merril Lynch en España, y es consejero -añade la revista- de la empresa constructora Focsa, controlada por los Albertos. La sociedad Ibermer intervino en la operación de Cartera Central que permitió a los Albertos intercambiar los terrenos de la plaza de Castilla por un importante paquete de acciones del Central al grupo KIO.

La entrada de los Albertos propietarios de Construcciones y Contratas (Conycon), en el Banco Central tuvo su origen precisamente en la potencial edificabilidad de los dos solares de la plaza de Castilla que poseía Urbanor, filial de Conycon. El paquete de acciones que el grupo KIO poseía, de una manera u otra, del Banco Central en torno al 10,25% del capital, fue valorado en unos 30.000 millones de pesetas. Tras el acuerdo con Construcciones y Contratas, quedaba separado en un 51,2% adscrito al grupo español y el 48,8% restante a KIO.

Ello significaba que los Albertos tenían que aportar más de 15.000 millones para que se pudiera producir la operación de trasmisión de las acciones entre quienes figuraban como propietarios en aquel momento y Construcciones y Contratas. La fórmula utilizada fue la venta de Urbanor, propietaria de los solares de la Plaza de Castilla, a KIO y, a partir de esa liquidez conseguida, suscribir su parte correspondiente en el capital fundacional de Cartera Central. Con ese capital se compraron las acciones del Central que estaban depositadas en distintas instituciones financieras en el exterior.

La operación quedaba de esta forma cerrada al dar la vuelta completa el capital real movilizado; y, al final, lo que realmente había ocurrido es que se intercambiaba la propiedad de algo más del 5%. del capital del Banco Central por los dos solares situados en una zona en expansión de Madrid y en los que se suponía que se podían edificar unos 60.000 metros cuadrados en cada un de ellos, con un precio cercano a las 200.000 pesetas por metro cuadrado.

La operación de salida de KIO del Banco Central, aunque siga conservando el 5% del capital, se llevó a término tras las presiones ejercidas ante el grupo kuwaití para que abandonara sus posiciones en los grandes bancos nacionales.

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