La policía busca a un presunto guardia civil que huyó de una comisaría a punta de pistola

La policía está investigando, a instancias de un juzgado de Madrid, la identidad de un supuesto guardia civil que huyó de la comisaría de Tetuán tras encañonar con una pistola a dos agentes que le habían detenido en la noche del pasado 18 de febrero. El individuo mostró una documentación que le acreditaba como cabo primero de la Guardia Civil cuando era conducido a comisaría tras ser detenido en el restaurante La Braña, donde había amenazado con su pistola a un cliente.

Ya en la comisaría de Tetuán, el presunto guardia civil aseguró a los policías que se marchaba, tras lo cual desenfund...

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La policía está investigando, a instancias de un juzgado de Madrid, la identidad de un supuesto guardia civil que huyó de la comisaría de Tetuán tras encañonar con una pistola a dos agentes que le habían detenido en la noche del pasado 18 de febrero. El individuo mostró una documentación que le acreditaba como cabo primero de la Guardia Civil cuando era conducido a comisaría tras ser detenido en el restaurante La Braña, donde había amenazado con su pistola a un cliente.

Ya en la comisaría de Tetuán, el presunto guardia civil aseguró a los policías que se marchaba, tras lo cual desenfundó su pistola y dijo: "Hay mucho borde y mucho rojo entre vosotros. Yo me largo de aquí, porque no quiero saber nada con la policía". A lo que añadió: "Si tenéis cojones, me detenéis".El detenido encañonó a los dos policías, a quienes recluyó dentro de la sala de inspección de guardia, y huyó a pie hacia la calle de Bravo Murillo tras amenazar al agente de la entrada. En la comisaría de Tetuán se encontraban aquella noche al menos 10 agentes.

El dueño del restaurante donde se produjo el primer incidente manifestó a este periódico que la pelea entre los dos hombres se inició cuando el presunto cabo primero, "sin venir a cuento, le dijo a un cliente: "¿Tú a qué te dedicas? ¿A mover los cubalibres con el dedo?".

El cliente, al principio, evitó la discusión, pero luego le propinó un tortazo en la cara, y como el propietario del bar no quería incidentes en su recién estrenado local, salieron a pegarse a la calle. El supuesto cabo, de unos 25 a 30 años, vestido con un traje azul, apuntó a su contrincante con la pistola, y aquél, después de ocultarse tras un coche, consiguió entrar en el bar y cerrar la puerta con llave.

Según el dueño del restaurante, el individuo "sacó un carné, en el que ponía Ministerio de Defensa, cuando le pedí que me dejara ver si era guardia civil; ya no vi más".

"Llamamos a la policía, que se lo llevó con el cliente. No le cachearon pues dijeron que no se lo llevaban en calidad de detenido. Había bebido bastante; aquí se tomó unos cubatas, y si ya venía de beber...", agregó el dueño del restaurante. El supuesto guardia amenazó en varias ocasiones: "Ya se enterarán; no saben con quién están hablando".

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