Un niño de dos años 'se fuga' de casa

Eduardo Olmedo Zamorano, un niño de dos años, -fue encontrado alrededor de las cuatro de la madrugada de ayer en la avenida de Pío XII en Madrid, tras haberse fugado del domicilio de unos familiares, donde estaba de paso en compañía de sus padres, según la Jefatura Superior de Policía. El chiquillo "estaba muy nervioso porque no quería quedarse en Madrid" mientras sus papás y sus dos hermanos, Iñaki y Alejandro, se iban de vacaciones a Andorra, según indicaron fuentes próximas a la familia. Todo eso pudo inducirle a escaparse y a caminar descalzo unos 500 metros.

El pequeño Eduardo Olme...

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Eduardo Olmedo Zamorano, un niño de dos años, -fue encontrado alrededor de las cuatro de la madrugada de ayer en la avenida de Pío XII en Madrid, tras haberse fugado del domicilio de unos familiares, donde estaba de paso en compañía de sus padres, según la Jefatura Superior de Policía. El chiquillo "estaba muy nervioso porque no quería quedarse en Madrid" mientras sus papás y sus dos hermanos, Iñaki y Alejandro, se iban de vacaciones a Andorra, según indicaron fuentes próximas a la familia. Todo eso pudo inducirle a escaparse y a caminar descalzo unos 500 metros.

El pequeño Eduardo Olmedo Zamorano llegó a Madrid cerca de la 1.30 de ayer, en compañía de sus padres, Antonio y María Amelia, procedentes del pueblo de San Clemente, en la provincia de: Cuenca, donde tienen su domicilio.La familia, que posee tierras de cultivo en dicho municipio, hizo escala en Madrid antes de proseguir viaje hacia Andorra, donde actualmente pasa unos días de vacaciones.

Los Olmedo decidieron pasar la noche en casa de un tío carnal, que reside en la finca número 154 de la avenida de Alfonso XIII.

Sobre las tres de la madrugada, Eduardo debió de levantarse y, aprovechando que la puerta no tenía echado el cerrojo, logró salir a la escalera, en tanto que los demás familiares dormían tranquilamente.

En pijama

El niño, vestido solamente con un pijama azul verdoso y unos calcetines blancos, consiguió bajar los peldaños que separan la vivienda, situada en el primer piso, del portal de la finca.Al comprobar que la puerta estaba cerrada, el pequeño Eduardo vio que junto a la portería había un banco de madera y lo arrastró para poder encaramarse al mismo y así poder girar la manilla de apertura de la puerta.

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Tras subir unas escaleras de piedra que existen entre el portal y la avenida de Alfonso XIII, Eduardo Olmedo empezó a andar por la acera, apenas transitada a esas horas de la madrugada.

Paso a paso y sin sufrir el menor tropiezo, el chiquillo caminó unos 500 metros hasta llegar a las proximidades del hipermercado Jumbo, en la avenida de Pío XII.

Carlos Ortiz, de 35 años, descubrió al pequeño paseante poco antes de las cuatro de la madrugada y pidió ayuda a la dotación de un coche patrulla del 091, que trasladó al niño a la comisaría del distrito de Chamartín, situada en la calle de Cartagena.

Hallado en comisaría

Los inspectores de guardia empezaron a charlar con el menor, de cabello ondulado rubio y ojos claros. Trataron de averiguar algún dato que permitiese localizar a los familiares del niño, pero lo único que lograron entenderle es que se llamaba Eduardo.Mientras realizaban gestiones encaminadas a aclarar el suceso, los policías decidieron jugar con el niño y permitirle que escribiera a máquina o garabatease unos dibujos en unos folios.

Hacia las siete de la mañana, los Olmedo se levantaron y comprobaron que el pequeño Eduardo no estaba en la cama ni escondido en ningún lugar de la casa. Alarmados por la desaparición, el padre y otros familiares bajaron al portal y vieron que junto a la puerta había un banco de madera, al que se había subido para poder abrirse paso.

"Travieso"

Al llegar a la comisaría de Chamartín para presentar la correspondiente denuncia, Antonio Olmedo Zamorano comprobó que allí estaba recogido el niño, al que un familiar calificó ayer de "muy travieso".Según fuentes de la familia, el pequeño Eduardo "estaba muy nervioso" porque no quería quedarse en Madrid con unos tíos, mientras sus padres y sus dos hermanos, Iñaki y Alejandro, de siete y cuatro años, respectivamente, pasan unos días esquiando en Andorra.

Esta circunstancia fue tal vez la causa que le indujo a fugarse.

Ayer, pese al incidente protagonizado por el menor, sus padres y hermanos emprendieron viaje de vacaciones. Eduardo quedó en Madrid al cuidado de unos familiares.

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