Protestas por la falta de medios en un centro de acogida a delincuentes

Los 10 educadores y ocho celadores que prestan servicio en el Centro de Primera Acogida a menores delincuentes situado en el barrio madrileño de Carabanchel Bajo realizan desde el lunes un encierro y otros actos de protesta por lo que consideran la "precariedad de recursos materiales y humanos" con que trabajan,.Según los educadores, en el centro, con capacidad para 15 jóvenes, están ingresados menores con algún grado de deterioro físico y psíquico, y con graves problemas de toxicomanías, sin que se cuente con recursos para abordar la situación.

Asimismo, y según esta versión, algun...

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Los 10 educadores y ocho celadores que prestan servicio en el Centro de Primera Acogida a menores delincuentes situado en el barrio madrileño de Carabanchel Bajo realizan desde el lunes un encierro y otros actos de protesta por lo que consideran la "precariedad de recursos materiales y humanos" con que trabajan,.Según los educadores, en el centro, con capacidad para 15 jóvenes, están ingresados menores con algún grado de deterioro físico y psíquico, y con graves problemas de toxicomanías, sin que se cuente con recursos para abordar la situación.

Asimismo, y según esta versión, algunos menores padecen enfermedades infectocontagiosas como el SIDA, la hepatitis o la sífilis, por lo que los educadores pidieron a la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid, cuyo titular es Jaime Lisawezsky, que este departamento elaborara un plan sanitario de prevención y tratamiento que, según su versión "hasta el momento no se ha establecido".

Los encerrados, que critican a la Administración regional por la "falta de planteamientos serios" en la prevención, han declarado que peligra su integridad física debido a la existencia frecuente de armas blancas en el centro.

Según los educadores, los jóvenes del centro comparten algo más de 30 metros cuadrados bajo la vigilancia de dos guardas jurados. Este "sistema represivo policial", en palabras de los encerrados, no evita que se produzcan intentos de fuga casi todas las semanas.

Por su parte, la directora regional de Educación, Aurora Ruiz, asegura que el cometido de los vigilantes es ajeno a toda actividad policial, porque se dedican exclusivamente a controlar los accesos y las salidas del centro. "No tienen ningún contacto con los menores", aseguró.

Aurora Ruiz afirmó que desconocía que se hubiera sancionado recientemente con dos jornadas sin empleo y sueldo a un educador y un celador por la fuga de un menor, hecho que provocó la disconformidad de sus compañeros. "Se ha abierto sólo un expediente informativo a un celador por dormirse en su horario de trabajo", dijo.

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