Crítica:'LA PATAGONIA REBELDE'

Un filme histórico del cine argentino

Héctor Olivera es uno de los puntales del nuevo cine argentino. Hace un par de veranos, en agosto de 1986, TVE dio cuenta de él con No habrá más penas ni olvido, una farsa que venía a ser al peronismo lo que La vaquilla, de Berlanga, es a nuestra guerra civil. Suyas son también dos notables producciones, Los viernes de la eternidad, una francamente divertida comedia con fantasmas, y La noche de los lápices. Y un título histórico de esa cinematografía, La Patagonia rebelde, película-bandera que en 1974 obtuvo el Oso de Plata en el Festival de Berlín.El filme n...

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Héctor Olivera es uno de los puntales del nuevo cine argentino. Hace un par de veranos, en agosto de 1986, TVE dio cuenta de él con No habrá más penas ni olvido, una farsa que venía a ser al peronismo lo que La vaquilla, de Berlanga, es a nuestra guerra civil. Suyas son también dos notables producciones, Los viernes de la eternidad, una francamente divertida comedia con fantasmas, y La noche de los lápices. Y un título histórico de esa cinematografía, La Patagonia rebelde, película-bandera que en 1974 obtuvo el Oso de Plata en el Festival de Berlín.El filme narra unos hechos acaecidos en la primavera de 1920. Concretamente, una huelga que habrá de hacer tomar al Gobierno drásticas medidas y enviar tropas para controlar la situación.

En estrecha colaboración con el cineasta Fernando Ayala, Olivera consigue con La Patagonia rebelde una obra de gran calidad técnica, de brillante fluidez e impecable factura. El tufillo panfletario que pueda desprender, que de hecho desprende, no impide reconocer sus méritos artísticos, a empezar por el reparto, que forma la flor y nata del cine argentino, con Federico Luppi y Héctor Alterio en cabeza.

La Paragonia rebelde se emite hoy, a las 22.10, por TVE-1.

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