Mejora la mujer que intentó quemarse 'a lo bonzo' el lunes frente al Ayuntamiento

Adelaida Mesa Pandera, la mujer de 53 años que el lunes intentó suicidarse a lo bonzo en la plaza de la Villa, frente al Ayuntamiento de Madrid, se encuentra fuera de peligro, salvo que surjan complicaciones. Fuentes médicas del Centro de Quemados de la Cruz Roja informaron que las llamas afectaron, sobre todo, el cuello y la cara con "quemaduras profundas y, en ese sentido, graves", amén de otras quemaduras en un brazo, de menor importancia.La mujer quedó ingresada en la UVI, aunque las mismas fuentes afirmaron que, si no se presentan complicaciones que puedan afectar a las vías respir...

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Adelaida Mesa Pandera, la mujer de 53 años que el lunes intentó suicidarse a lo bonzo en la plaza de la Villa, frente al Ayuntamiento de Madrid, se encuentra fuera de peligro, salvo que surjan complicaciones. Fuentes médicas del Centro de Quemados de la Cruz Roja informaron que las llamas afectaron, sobre todo, el cuello y la cara con "quemaduras profundas y, en ese sentido, graves", amén de otras quemaduras en un brazo, de menor importancia.La mujer quedó ingresada en la UVI, aunque las mismas fuentes afirmaron que, si no se presentan complicaciones que puedan afectar a las vías respiratorias, hoy mismo, miércoles, pasará a una habitación normal.

Adelaida Mesa vive desde hace unos 18 años en el número 56 de la calle de Ricardo Ortiz, donde no es apreciada por sus vecinos, que han criticado duramente su carácter huraño, agresivo y su propensión a la pelea y a los insultos. La opinión general de las personas que la conocen es que está desequilibrada mentalmente. Adelaida llegó a Madrid procedente de Alemania, donde sufrió un accidente, no se sabe si laboral, por el que tuvieron que amputarle dos dedos.

"Con la indemnización pagó la entrada del piso", explicó una vecina suya con la que al principio mantuvo una cierta amistad. "Al poco tiempo tuvo un hijo, José, que ahora debe tener unos 14 años y está internado en un colegio, en Pozuelo de Alarcón. Nosotros, los vecinos, lo sentimos por el hijo, que no se merece la vida que lleva, pero no sabemos qué podemos hacer. Durante años los vecinos hemos pagado su parte de comunidad y de agua, el dueño de la casa no la quiere echar, en parte por lástima, y les hemos ayudado con comida o ropa, o simplemente intentando darle a la mujer y a su hijo un poco de afecto, pero no ha servido de nada". Uno de los vecinos afirmó que "tenía que haber utilizado una garrafa llena" para quemarse.

Los vecinos cuentan que Adelaida ha tenido discusiones muy fuertes con varias mujeres del inmueble, agrediendo a veces a su contrincante. Adelaida Mesa no tiene trabajo desde hace años, y subsiste malamente gracias a una ayuda que recibe de Cáritas. En su casa no hay luz, que está cortada por falta de pago.

Adelaida Mesa se echó por la cabeza una botella de gasolina y se prendió fuego, el lunes por la mañana. Poco antes le dijo a un guardia municipal que en su barrio nadie la hacía caso, que había pedido ayuda a una asociación de mujeres y se la habían negado. El guardia le dijo que fuera a una dependencia municipal cercana, donde están varias asistentes sociales municipales. La mujer se fue, regresó a los pocos minutos y se prendió fuego.

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