Crítica:'UN, DOS, TRES'

El secreto de su éxito

Anoche se despidió temporalmente de la programación de Televisión Española el concurso Un, dos, tres. El espacio no sólo ha conseguido establecer la máxima cota de audiencia de televisión en España -tres de cada cuatro españoles veían algún fragmento del programa-, sino que lo ha hecho ubicado los lunes, el día con menor número de espectadores durante la semana hasta la llegada del concurso.El Un, dos, tres tiene una peculiar estructura de funcionamiento. Por un lado, aplica un sistema -véase EL PAÍS del pasado domingo- exportado del modelo americano en el que lo que prima...

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Anoche se despidió temporalmente de la programación de Televisión Española el concurso Un, dos, tres. El espacio no sólo ha conseguido establecer la máxima cota de audiencia de televisión en España -tres de cada cuatro españoles veían algún fragmento del programa-, sino que lo ha hecho ubicado los lunes, el día con menor número de espectadores durante la semana hasta la llegada del concurso.El Un, dos, tres tiene una peculiar estructura de funcionamiento. Por un lado, aplica un sistema -véase EL PAÍS del pasado domingo- exportado del modelo americano en el que lo que prima es el trabajo sobre el guión, dejando poco campo a la improvisación. Pero, frente al caso americano, donde se suele funcionar con equipos de profesionales de gran especialización, el concurso español depende casi por entero de su creador, Chicho Ibáñez: Serrador, que llega a redactar él mismo la inmensa mayoría de los textos y confiesa que prefiere trabajar con gente que, aunque no aporte idea alguna, cumpla a rajatabla sus indicaciones. Según afirma, después de años de buscar, sólo ha Regado a encontrar una persona en la que puede confiar para que realice uno de los sketchs. Este anacrónico esquema, como él mismo reconoce, le hace mantener un comportanúento casi "tiránico" durante algunas fases del trabajo, para romper con relajadas costumbres con las que se suele trabajar en TVE.

El Un, dos, tres es indiscutiblemente un programa al que se pueden y se deben formular críticas adversas. Tal es el caso de la inclusión de publicidad entremezclada con los contenidos -actividad ésta injustificable en una televisión pública-, del peligro de insistir en burdos golpes de humor o del abuso excesivo en el elemento erótico como soporte. Sin embargo, tan evidente como lo dicho, tiene que ser el reconocimiento al único programa de la historia de la televisión en España que ha conseguido adaptar con éxito serios esquemas de trabajo dificiles de entender en un sistema televisivo donde rara vez se utiliza otra técnica diferente a la intuición personal de los programadores. El uso de sondeos de opinión, el examen constante de lo que se realiza fuera de España y la experimentación con recursos propios del tratamiento de la imagen como la elipsis o la velocidad del montaje no son más que algunas explicaciones de su éxito.

Garantía de eficacia

Chicho Ibáñez Serrador se ha convertido -lo es desde hace bastante tiempo- en el único profesional de televisión existente en el mercado español con capacidad de garantizar un éxito seguro. En la actualidad, se plantea que su trabajo se verá modificado con la llegada de la televisión privada. Tras dieciseis años haciendo un concurso, también piensa en la posibilidad de realizar otros tipos de programas. Él está convencido de que, siempre y cuando se le permita trabajar con sus esquemas, no tendría problemas en hacerlo con éxito. ¿Hay quién opine lo contrario?

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