Dos jóvenes mueren congelados en Navacerrada

Dos jóvenes estudiantes madrileños murieron congelados cuando intentaban hacer lo que se denomina cuerda larga, consistente en cubrir la distancia entre Navacerrada y la Morcuera. Uno de los cadáveres fue rescatado a mediodía del pasado martes, mientras que el de su compañero lo fue poco antes de las doce de la mañana de ayer.

Alberto Martín Belmonte, nacido el 7 de diciembre de 1971, y su amigo Javier Ballesteros Sarmenteros, nacido el 10 de mayo de 1970, salieron de Madrid el pasado sábado. Provistos de una tienda de campaña y "un equipo inmejorable", según testigos presenciales, toma...

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Dos jóvenes estudiantes madrileños murieron congelados cuando intentaban hacer lo que se denomina cuerda larga, consistente en cubrir la distancia entre Navacerrada y la Morcuera. Uno de los cadáveres fue rescatado a mediodía del pasado martes, mientras que el de su compañero lo fue poco antes de las doce de la mañana de ayer.

Alberto Martín Belmonte, nacido el 7 de diciembre de 1971, y su amigo Javier Ballesteros Sarmenteros, nacido el 10 de mayo de 1970, salieron de Madrid el pasado sábado. Provistos de una tienda de campaña y "un equipo inmejorable", según testigos presenciales, tomaron un tren para dirigirse a Navacerrada con objeto de practicar la marcha, deporte al que ambos eran muy aficionados, según sus familiares.Javier Ballesteros vivía con sus padres, Julio y Concepción, en un piso de la calle Cruz del Sur, en el barrio de La Estrella. Era el segundo de tres hermanos y estudiaba formación profesional en un instituto del barrio de Moratalaz.

Fuerzas de la Guardia Civil encontraron el martes el cuerpo sin vida de Alberto Martín Belmonte a unos 200 metros de su tienda de campaña, en un paraje denominado Loma de Pandasco, en el término municipal de Manzanares el Real. El cadáver presentaba síntomas de congelación, por las bajas temperaturas dominantes en la zona.

Los equipos de rescate, integrados por efectivos de alta montaña de la Guardia Civil con base en Navacerrada, Arenas de San Pedro y Barco de Ávila, habían iniciado el lunes las tareas de búsqueda de los jóvenes, en medio de unas difíciles circunstancias climatológicas, debido a una fuerte ventisca.

Alrededor de las doce de la mañana de ayer, miércoles, la dotación de un helicóptero de la Guardia Civil descubrió a Javier Ballesteros Sarmenteros, quien se había refugiado entre unos peñascos existentes cerca de la Loma de Pandasco, a un kilómetro de su tienda de campaña. El cuerpo del joven estudiante presentaba también síntomas de congelación. Ayer tarde aún no se habían aclarado las circunstancias en que ambos estudiantes madrileños sufrieron el mortal accidente.

Montañeros que participaron en el rescate dijeron a EL PAÍS que "los chicos tenía un equipo inmejorable y podían haber aguantado hasta 40º bajo cero, en caso de no haber abandonado su tienda de campaña, donde tenían víveres para varios días. No se comprende por qué salieron al exterior, pese a la ventisca y a que había una capa de unos 20 centímetros de nieve".

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