Auto de prisión contra el presunto piloto suicida

El titular del Juzgado de Instrucción número 10 de Madrid, Carlos Granados Pérez, dictó ayer un auto de ingreso en prisión contra José Antonio García Castro, de 50 años, diseñador de joyería, como presunto causante del accidente que el pasado viernes costó la vida a Agustín Valencia San Andrés, de 37 años. El siniestro se produjo en la madrugada del pasado viernes en la autovía Madrid-La Coruña, en una zona donde desde hace dos años parece que se celebran competiciones protagonizadas por pilotos suicidas.

José Antonio García Castro, diseñador de joyería, acusado de ser el supuesto autor...

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El titular del Juzgado de Instrucción número 10 de Madrid, Carlos Granados Pérez, dictó ayer un auto de ingreso en prisión contra José Antonio García Castro, de 50 años, diseñador de joyería, como presunto causante del accidente que el pasado viernes costó la vida a Agustín Valencia San Andrés, de 37 años. El siniestro se produjo en la madrugada del pasado viernes en la autovía Madrid-La Coruña, en una zona donde desde hace dos años parece que se celebran competiciones protagonizadas por pilotos suicidas.

José Antonio García Castro, diseñador de joyería, acusado de ser el supuesto autor del accidente en el que murió Agustín Valencia, continuaba ayer tarde ingresado en el hospital Clínico de Madrid custodiado por la policía. Horas antes, el juez Carlos Granados firmó una orden de ingreso en prisión contra él.Aunque se desconoce el contenido exacto del auto judicial, todo hace pensar que éste se basa en los indicios existentes contra García Castro por su presunta implicación en un delito de imprudencia con resultado de muerte.

El hecho cierto es que García Castro colisionó de frente contra un automóvil Wartburg conducido por Agustín Valencia, vendedor de coches, quien se dirigía correctamente por el carril central de la calzada en dirección Madrid-La Coruña. Todavía no hay una explicación lógica de por qué García Castro circulaba por dirección prohibida. El juez instructor del sumario ha solicitado que todos los testigos presenciales del mortal accidente se pongan en contacto con la Guardia Civil o bien acudan a prestar declaración a las oficinas de los juzgados de instrucción números 10 ó 26 de Madrid.

Una fiesta

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Entre los principales testigos del siniestro está una mujer que viajaba hacia Madrid en compañía de su esposo. Esta persona declaró a EL PAÍS: "Nosotros vimos a la altura de Las Rozas a un coche que circulaba a gran velocidad también hacia Madrid, pero por el carril central de la calzada contraria, la que utilizan los vehículos que se dirigen hacia La Coruña".

José Antonio García Castro estuvo en una fiesta celebrada por un grupo de amigos en el pub Willow, en la calle Guzmán el Bueno, de Madrid, muy cerca de la Dirección General de la Guardia Civil. La reunión terminó sobre las 3.15 de la madrugada del pasado viernes y se cree que posteriormente se dirigió a la autovía Madrid-La Coruña, con objeto llegar a su chalé de Villanueva de la Cañada, según la esposa del supuesto causante del accidente.

María de los Angeles Díaz Suárez, la mujer de García Castro, declaró ayer tarde que ni ella ni su esposo habían sido informados por el juez sobre el auto de ingreso en prisión. "Mi marido se enteró", dijo, "cuando vio el telediario de las tres de la tarde y se quedó muy impresionado".

Un redactor de EL PAÍS intentó ponerse en contacto con el abogado José Luis Suárez Benito para saber si a él le había comunicado el juez el auto de ingreso dictado contra su cliente. Sin embargo, dicho letrado estuvo ilocalizable.

A pesar de: la orden de ingreso en prisión dictada por el juez Granados, el supuesto piloto suicida continúa hospitalizado. Aunque su evolución es favorable, los médicos no autorizan, su traslado al Hospital Penitenciario de Carabanchel por temor a que pudiera sufrir una recaída.

El herido recibió el domingo la visita de varios familiares, después de que éstos se identificaran ante los dos policías que montan guardia permanente ante la habitación. Una de las personas que acuden a diario es María de los Angeles Díaz Suárez, que ayer no pudo ocultar su preocupación cuando comprobó que su esposo había expulsado algún pequeño coágulo de sangre mezclado con la orina.

Algunos de los cinco enfermos que comparten habitación con García Castro manifestaron que éste ha dicho no recordar nada sobre el accidente y que a veces no ha podido reprimir el llanto.

La presencia de los policías que custodian al preso despierta la natural curiosiodad entre los enfermos y visitantes del centro médico.

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