Los socialistas madrileños tratan de unirse en torno a una "discrepancia pactado"

Un sector de la Federación Socialista Madrileña (FSM) está unificando criterios para imponer una mayoría dentro de la propia federación que permita crear una fuerza de oposición en el próximo congreso federal. En este movimiento se encuentran destacados históricos del partido socialista en Madrid, los conocidos como leguinistas, y otros considerados guerristas. Joaquín Leguina, José Acosta y Teófilo Serrano presidieron el pasado fin de semana una reunión de unos 80 cuadros de la FSM para establecer un frente común en lo que se llama "discrepancia pactada".Hasta el momento, los di...

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Un sector de la Federación Socialista Madrileña (FSM) está unificando criterios para imponer una mayoría dentro de la propia federación que permita crear una fuerza de oposición en el próximo congreso federal. En este movimiento se encuentran destacados históricos del partido socialista en Madrid, los conocidos como leguinistas, y otros considerados guerristas. Joaquín Leguina, José Acosta y Teófilo Serrano presidieron el pasado fin de semana una reunión de unos 80 cuadros de la FSM para establecer un frente común en lo que se llama "discrepancia pactada".Hasta el momento, los distintos sectores de la FSM, que -en expresión de uno de los integrantes de este movimiento- conforman desde hace cinco años la mayoría de Madrid, han mantenido varias reuniones para intentar unificar una estrategia conjunta en el próximo congreso federal del PSOE. Se trata de un grupo sin vinculación alguna -"salvo las naturales de conocimiento y militancia"- con el que conforman Julián Campos, Pedro Sabando o Luis de Velasco, entre otros. Alguno de sus miembros -Pedro Sabando- ha estado presente en la reunión que durante el pasado fin de semana mantuvieron unos 80 dirigentes en las instalaciones del Canal de Isabel II. Fue el propio José Acosta el encargado de realizar la convocatoria a los militantes socialistas.

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En estos encuentros "de pura reflexión socialista" han participado destacados dirigentes de las diferentes corrientes que componen la FSM: leguinistas, históricos, ex Izquierda Socialista y guerristas o fontaneros. En este último grupo se encuentran militantes como Teófilo Serrano, considerado como uno de los hombres más dialogantes del grupo, y Luis Pérez.

Otros han acudido sin estar adscritos a grupos concretos. En cualquier caso, entre los presentes a la reunión del Canal estaban -además de Joaquín Leguina, José Acosta y Teófilo Serrano, que dirigieron la reunión- Luis Larroque, Saturnino Zapata y Alfredo Tejero, concejales del Ayuntamiento de Madrid; Ramón Espinar, consejero de Cultura de la Comunidad de Madrid, y Marcos Ana y José María López, este último antiguo miembro de Izquierda Socialista.

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La filosofía del grupo se articula en torno a lo que uno de ellos mismos ha denominado "discrepancia pactada". Se acepta como principio teórico el proyecto global socialista y se acepta también la ponencia marco. Las críticas se centran en puntos concretos y, sobre todo, en cómo se desarrollan desde el PSOE determinados aspectos de la política socialista. Todos parecen aceptar como principio clave que las discrepancias han de situarse dentro de la aceptación del proyecto socialista presentado desde la ejecutiva federal. En caso de que las diferencias llegaran a romper este esquema, muchos de los que hoy apoyan el movimiento lo abandonarían.Hay una exigencia de acentuar lo social en el ejercicio del gobierno y de establecer un auténtico debate sobre el papel de los sindicatos -y especialmente de UGT- en la sociedad. Dentro de este campo, se intenta restablecer las relaciones con el sindicato socialista, evitando una ruptura que consideran prácticamente consumada.

En el desarrollo del Estado, estos sectores exigen que el congreso establezca claramente las formas en que las autonomías han de llegar simultáneamente al techo de competencias. Y en política exterior se muestran a favor de fomentar las alianzas multilaterales, con el objetivo final de prescindir a medio plazo de la presencia de las fuerzas norteamericanas en España, cuya redución está negociando el Gobierno.

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