Repliegue del dólar en la jornada de ayer, a pesar del discurso del presidente Ronald Reagan

A lo largo de las sesiones de ayer, el dólar se replegó en los principales mercados financieros a pesar de los comentarios optimistas que el presidente Ronald Reagan realizaba la víspera.En Francfort se registró la caída más importante como consecuencia de los rumores que circularon durante las primeras horas, acerca de una reunión este fin de semana del Grupo de los Siete, para acordar un nuevo descenso de la divisa norteamericana. Reunión que fue rápidamente desmentida por el Tesoro norteamericano. Curiosamente, este declive del dólar se produce una vez calmados los frenéticos mercado...

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A lo largo de las sesiones de ayer, el dólar se replegó en los principales mercados financieros a pesar de los comentarios optimistas que el presidente Ronald Reagan realizaba la víspera.En Francfort se registró la caída más importante como consecuencia de los rumores que circularon durante las primeras horas, acerca de una reunión este fin de semana del Grupo de los Siete, para acordar un nuevo descenso de la divisa norteamericana. Reunión que fue rápidamente desmentida por el Tesoro norteamericano. Curiosamente, este declive del dólar se produce una vez calmados los frenéticos mercados de valores, propiciado por la desilusión que supuso el discurso de Reagan.

En las presentes circunstancias, según Shearson Lehman, el presidente no podía oponerse a un alza en los impuestos por lo que, en vez de negarse como otras veces, decidió ganar tiempo con la promesa de negociar, defraudando así en cierta manera las expectativas de las operaciones.

La divisa norteamericanatambién se vio perjudicada por la publicación del PNB para el tercer trimestre, con un alza del 3,8%, al poderse comprobar que la contribución del sector exportador no había mejorado. Este factor vuelve así a traer a la palestra la conveniencia de modificar el acuerdo del Grupo de los Siete, adoptando una banda de fluctuación para el dólar más baja.

Con ello los bancos centrales, tanto los europeos como los japoneses, no tendrían que intervenir constantemente, con lo que podrían relajar algo el control sobre la masa monetaria ypromover la demanda interna. Asimismo, los Estados Unidos no se verían obligados a defender su divisa vía aumentos de los tipos de interés. En otras circunstancias hubiera existido el problema de las tensiones inflacionistas que esta situación pudiera producir. No obstante, los efectos deflacionarios de la caída de la bolsa permiten ahora un descenso del dólar sin peligros de inflación.

En este contexto, la cotización del dólar podría ceder durante las próximas semanas, hacia niveles de 1,75 marcos y 137 yenes.

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