CAMPEONATO MUNDIAL DE AJEDREZ

Karpov renunció telefónicamente a continuar la cuarta partida, aplazada el lunes

El soviético Anatoli Karpov, aspirante al título mundial de ajedrez, renunció ayer, telefónicamente, a reanudar la cuarta partida del encuentro que le enfrenta en Sevilla a su compatriota Gari Kasparov, actual campeón. El juego había quedado aplazado en la víspera, con ventaja de éste, tras cinco horas de intensa lucha. El marcador está empatado a dos puntos, con una victoria para cada uno y dos tablas. Karpov jugará hoy con las piezas blancas la quinta de las 24 partidas previstas -salvo que uno logre antes seis triunfos-, a no ser que utilice el primero de los tres descansos reglamentarios o...

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El soviético Anatoli Karpov, aspirante al título mundial de ajedrez, renunció ayer, telefónicamente, a reanudar la cuarta partida del encuentro que le enfrenta en Sevilla a su compatriota Gari Kasparov, actual campeón. El juego había quedado aplazado en la víspera, con ventaja de éste, tras cinco horas de intensa lucha. El marcador está empatado a dos puntos, con una victoria para cada uno y dos tablas. Karpov jugará hoy con las piezas blancas la quinta de las 24 partidas previstas -salvo que uno logre antes seis triunfos-, a no ser que utilice el primero de los tres descansos reglamentarios ole cada uno.

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El desenlace había sido ya pronosticado por los especialistas el lunes por la noche, pero con ciertas reservas, dada la activa posición defensiva de las piezas de Karpov, en actitud amenazante sobre el rey adversario. Sin embargo, la jugada secreta, que el campeón introdujo bajo sobre en el momento del aplazamiento (41. Td8) era, sin duda, la mejor, al potenciar el avance y posterior conversión en dama de su peón central.Los análisis efectuados durante buena parte de la noche por los analistas de Karpov -Zaitsev, Podgaets, Ubilava y Lerner- demostraron que el contrajuego de las negras era insificiente.

Análisis intensivo

Normalmente, después del aplazamiento, el jugador suele retirarse a descansar mientras sus ayudantes comienzan a trabajar en la posición suspendida. Pero esta regla tiene numerosas excepciones porque para muchos ajedrecistas resulta imposible dormir. La tensión de la partida que aún no ha terminado, sobre todo si está en posición desfavorable, como en el caso de Karpov, vence en la pugna contra la necesidad de descansar.En cualquier caso, el trabajo debe ser metódico. Si la jugada secreta ha sido efectuada por el oponente, hay que estudiar todos los movimientos razonables que pueden estar bajo sobre. Al empezar por uno de ellos, se establece un árbol de variantes, es decir, se analizan primero todas las ramificaciones de la primera posibilidad, tanto de las blancas como de las negras; luego, de la segunda, y así, sucesivamente. Dependiendo de la complejidad de la posición, harán falta más o menos horas para llegar a una conclusión. Si ésta pronostica la derrota, los analistas suelen abandonar el método sistemático y se lanzan obsesivamente a una anárquica búsqueda de ideas que saquen del atolladero. De esta forma, se han creado algunos finales de partida muy brillantes porque, en esa fase del análisis, lo fundamental es la imaginación, no la técnica.

Pero ayer ni siquiera una idea artística podía salvar la posición de Karpov ante el imparable avance del peón de Kasparov. Por eso, el encargado de la seguridad del ex campeón, VIadimir Pischenko, un hombre de confianza que domina el castellano y que le acompaña en casi todos sus viajes, llamó al árbitro, Geurt Gijssen, a las dos y media de la tarde. Previamente, a media mañana, una falsa información, frecuente en estos casos, confundió a algunos enviados especiales de agencias extranjeras, que transmitieron la noticia con carácter urgente.

Como si de una reliquia se tratara, el juez holandés convocó a los periodistas para las cinco y media de la tarde con el fin de mostrarles la planilla donde Kasparov había escrito la jugada secreta. Karpov no firmará su abandono hasta hoy por la mañana, dada la confianza mutua entre Pischenko y Gijssen. Este último ha llamado la atención en Sevilla por su extraordinario rigor profesional. Una hora antes de cada partida, el árbitro acude al escenario acompañado de sus dos auxiliares, el soviético Vajesar y el español Espejo, para comprobar que todo se encuentra en orden.

Limpieza

La limpieza del estrado y de las habitaciones situadas entre bastidores para el descanso de Kasparov y Karpov, la iluminación y el correcto funcionamiento del reloj y del tablero electrónico destinado a los espectadores son los primeros factores a tener en cuenta. Tras asegurarse de que habrá disponible suficiente comida y bebida para ambos en el frigorífico, el trío arbitral conduce a los fotógrafos hasta sus posiciones de trabajo, donde deben estar situados quince minutos antes de que comience la partida para evitar molestos cruces con los jugadores por los pasillos. Los fotógrafos sólo disponen de tres minutos una vez que la partida haya dado comienzo, lo que les ha ocasionado diversos problemas, sobre todo cuando uno de los participantes se retrasa, como fue el caso de Karpov el lunes.En principio, Karpov buscará hoy, con las blancas, su tradicional venganza. Pero no se descarta que el ex campeón decida tomarse un día de descanso con un doble objetivo: recomponer su maltrecho estado de ánimo y buscar algún antídoto contra la pertinaz defensa Grunfeld que Kasparov suele jugar con las negras contra la apertura del peón de dama. Los pronósticos quedan ahora como al principio, ligeramente favorables a Kasparov, que en el resultado global de las 104 partidas disputadas con Karpov tiene 14 victorias, 13 derrotas y 77 tablas. Sin embargo, no hay nada decidido. Como dijo ayer el soviético Tamas Georgadze, entrenador de la selección española, "ambos están en muy buena forma".

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