Cartas al director

Fachada del Reina Sofía

En el número de su diario del 22 de septiembre de 1987 aparece un artículo sobre el Centro Cultural Reina Sofía, antes hospital General de Madrid, en el que se dice, entre otras cosas, que se va a reformar la fachada para hacerla más alegre. En efecto, hay que hacerla más alegre, ya que para los madrileños dicho edificio tiene una carga emocional muy importante: fue el hospital de los pobres, con un aspecto triste y ominoso, que suponía una losa para los madrileños. Pero, además, y el que suscribe ya lo dijo cuando se abrió a información pública el Plan General de Madrid, si este edificio iba ...

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En el número de su diario del 22 de septiembre de 1987 aparece un artículo sobre el Centro Cultural Reina Sofía, antes hospital General de Madrid, en el que se dice, entre otras cosas, que se va a reformar la fachada para hacerla más alegre. En efecto, hay que hacerla más alegre, ya que para los madrileños dicho edificio tiene una carga emocional muy importante: fue el hospital de los pobres, con un aspecto triste y ominoso, que suponía una losa para los madrileños. Pero, además, y el que suscribe ya lo dijo cuando se abrió a información pública el Plan General de Madrid, si este edificio iba a ser rehabilitado, como ha ocurrido, tenía que ser devuelto a su construcción original, cuya maqueta y planos, por cierto, se exhiben en el mismo edificio.El volver el edificio a su construcción original supone eliminar el último piso, que fue construido en el año 1947, creo recordar. Cualquiera que contemple el edificio verá que el último piso está construido por encima de una cornisa, la original, con un tipo de ventanas que no guarda relación con las ventanas de los tres pisos inferiores, que a su vez son distintas entre sí.

Pero no hay que olvidar que una concepción unitaria, aunque diversa, no tiene nada que ver con un añadido, y encima de los años cuarenta, de este siglo.

Por otra parte, y también en los años cuarenta, se construyeron alrededor del hospital, calle de Argumosa, una serie de edificios anexos que tampoco guardan relación con el edificio principal.

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Derribados estos edificios y la última planta, el hospital quedará como fue concebido, y visto desde fuera resultará estético, pues volverá a tener las dimensiones para las que fue concebido, sin perjuicio de que estuviera prevista una ampliación del mismo en sentido horizontal. La plaza de Atocha será más amplia y la visión que se obtenga del edificio contiguo, hospital de San Carlos, de mayor calidad que el hospital que comentamos, será más bella. Y, por cierto, que encarguen la nueva rehabilitación a un arquitecto madrileño, que sepa lo que es Madrid, para bien y para mal, y nos evitaremos patinazos tan grandes como el de la reforma de la Puerta del Sol.-

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