La propuesta de Baker para dar mayor protagonismo al oro causa sorpresa y escepticismo en Europa

, La sugerencia del secretario norteamericano del Tesoro, James Baker, para devolver al oro comercial una pequeña parte del protagonismo que perdió en 1972, cuando el presidente Nixon decidió abandonar su convertibilidad, ha sido recibida con sorpresa, silencio y una fuerte dosis de escepticismo por los ministros europeos de Finanzas y gobernadores de los bancos centrales que asisten a las reúniones anuales del Fondo Monetario Internacional (FMI) y Banco Mundial. Tan sólo el canciller del Exchequer británico, Nigel Lawson, se ha dado por enterado de la propuesta.

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, La sugerencia del secretario norteamericano del Tesoro, James Baker, para devolver al oro comercial una pequeña parte del protagonismo que perdió en 1972, cuando el presidente Nixon decidió abandonar su convertibilidad, ha sido recibida con sorpresa, silencio y una fuerte dosis de escepticismo por los ministros europeos de Finanzas y gobernadores de los bancos centrales que asisten a las reúniones anuales del Fondo Monetario Internacional (FMI) y Banco Mundial. Tan sólo el canciller del Exchequer británico, Nigel Lawson, se ha dado por enterado de la propuesta.

Los mercados de materias primas y de cambio reaccionaron sin un gran interés por la propuesta de Baker, expuesta sin apenas detalles en su intervención ante la asamblea del FMI. El dólar mantuvo al alza su cotización y la onza de oro apenas experimentó grandes oscilaciones. Tanto los cambistas como expertos monetarios, interpretaron que la sugerencia de Baker es, hoy por hoy, confusa en sus objetivos y tanto Estados Unidos, como los miembros del grupo de los siete, si es que la apoyan, deben ofrecer una exposición más clara de sus intenciones últimas.En su intervención ante el FMI, Baker incluyó un párrafo, dentro de sus importantes propuestas sobre la estrategia de la deuda, afirmando que el Gobierno norteamericano "está preparado para considerar" el uso del oro, como parte de una cesta amplia de materias primas, como un indicador adicional en la fijación de los tipos de cambio entre las distintas monedas. El nuevo indicador se sumaría a los ya existentes dentro de los acuerdos del grupo de los siete que, en estos momentos, sirven de base para determinar la banda de intervención de los bancos centrales en los mercados de cambio.

Paridades fijas

Muy pocas personas estaban al tanto de la sugerencia de Baker. Fuentes norteamericanas revelaron ayer que el secretario del Tesoro tan sólo había informado de sus intenciones el día anterior del encuentro del grupo de los siete en Washington, a los ministros de Finanzas del Reino Unido y de la República Federal de Alemania.Lawson incluyó una referencia, mucho más genérica, a la posibilidad de volver al sistema de paridades fijas en su discurso. Pero el ministro alemán, Gerard Stoltmberg, que regresó a Bonn el pasado domingo, pasando la responsabilidad de intervenir ante el FMI al gobernador del Bundesbank, Otto Poehl, mantuvo un silencio total.

El mismo silencio ha sido la nota característica de los ministros de Finanzas del grupo de los siete, foro donde presuntamente será debatida y estudiada la nueva propuesta. Un gobernador de un banco europeo, cuyo país no pertenece al grupo de los siete, restaba importancia a la propuesta de Baker, señalando que el papel que se reserva al oro, comercial y no financiero, es el de una materia prima más, dentro de un conjunto de siete indicadores, "cuyo funcionamiento sólo se acepta como guía", pero no como norma de conducta, en los mecanismos de intervención acordados en Louvre.

La idea de dar un cierto protagonismo al oro ha sido recogida, al parecer, de dos miembros de la Reserva Federal de Nueva York, uno de los bancos regionales más importantes que componen el Sistema Federal de la Reserva, norteamericana. Estos miembros, Wayne Angell y Robert Heller, han aplicado de una forma limitada el nuevo mecanismo en sus funciones de intervención en los mercados. Se trataría, según sus propias palabras, de usar el precio del oro como una variable más, dentro de una cesta de materias primas (oro, cobre, petróleo, etcétera), para calcular un indicador de tendencias. Así, si el precio de esta cesta sube, es que hay una demanda de estos productos, mientras que otros, como activos financieros concretos, están en oferta.

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