II CAMPEONATOS MUNIDALES DE ATLETISMO

Bubka ganó la pértiga con dos saltos

., Sergei Bubka tampoco consiguió el récord mundial de pértiga. Lo intentó, pero tuvo que desistir al segundo intento. Es, como Lewis, tan superior a los demás que compite ya contra sí mismo. Realizó dos saltos para proclamarse campeón, 5,70 y 5,85 metros. En esa última altura habían caído Vigneron, Gataulin y Kolasa. Bubka ya era el campeón. Pidió 6,05, dos centímetros más que su propio récord mundial, pero una inoportuna entrega de medallas le privó de la concentración y rehusó al tercer intento.

Bubka, ayer, no estaba castigado. Sólo había realizado un salto y se preparaba para volar...

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., Sergei Bubka tampoco consiguió el récord mundial de pértiga. Lo intentó, pero tuvo que desistir al segundo intento. Es, como Lewis, tan superior a los demás que compite ya contra sí mismo. Realizó dos saltos para proclamarse campeón, 5,70 y 5,85 metros. En esa última altura habían caído Vigneron, Gataulin y Kolasa. Bubka ya era el campeón. Pidió 6,05, dos centímetros más que su propio récord mundial, pero una inoportuna entrega de medallas le privó de la concentración y rehusó al tercer intento.

Bubka, ayer, no estaba castigado. Sólo había realizado un salto y se preparaba para volar más alto que nunca. La expectación era máxima. El estadio, abarrotado, sólo esperaba a que él diera por concluida su actuación y a que Lewis realizara su sexto intento. El silencio era máximo. Comenzó la cuenta atrás. Bubka se concentraba, al final del pasillo, con la pértiga ya en las manos. Inesperadamente, la música atronó para anunciar la entrega de medallas del peso femenino. Hubo un gran abucheo. Bubka se desesperó. Perdió toda la concentración y cuando se le invitó a que saltara ni siquiera fue capaz de llegar al listón.

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En se segundo intento sobre el récord se le respetó su preparación, pero tampoco llegó al listón. Ya no insistió. El publico lo entendió y le dedicó una gran ovación, más calurosa que a Lewis cuando, casi al mismo tiempo, daba por terminada su actuación en la jornada de ayer. Pero es que Bubka, dentro de su seriedad, se hace más simpático que Lewis. Pese a ser tan superior en la prueba más alta, no ejerce de prepotente. Eso significa que a la hora de los fallos, si es que no batir su récord del mundo, pero ser campeón, es fallar, se le perdona y se le agradece. Además, el público, ayer, ya le molestó bastante cuando se dedicó a gritar a los rivales de Evangelisti para que no le superaran y le hicieran perder su medalla de bronce en longitud.

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