Unos mercados desorientados consiguen mejorar sus anteriores máximos anuales

Las cuatro bolsas españolas han situado sus índices generales en los niveles máximos de este año al mantenerse un importante volumen de demanda para la mayoría de los valores. Barcelona coloca su índice en el 183,81% -base 100 a 31 de diciembre de 1986-; Madrid en el 276,61%; Bilbao en el 317,74%; y Valencia en el 233,12%.

La base de estas subidas sigue siendo la enorme liquidez del sistema, aunque los motivos de los inversores ofrecen un amplio abanico de explicaciones entre las que destaca la especulación a muy corto plazo. La actividad del grupo KIO, con tomas de posiciones en va...

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Las cuatro bolsas españolas han situado sus índices generales en los niveles máximos de este año al mantenerse un importante volumen de demanda para la mayoría de los valores. Barcelona coloca su índice en el 183,81% -base 100 a 31 de diciembre de 1986-; Madrid en el 276,61%; Bilbao en el 317,74%; y Valencia en el 233,12%.

La base de estas subidas sigue siendo la enorme liquidez del sistema, aunque los motivos de los inversores ofrecen un amplio abanico de explicaciones entre las que destaca la especulación a muy corto plazo. La actividad del grupo KIO, con tomas de posiciones en valores destacados a través de la sociedad Torras Hostench, y la inesperada ampliación de capital del Banco de Vizcaya, en la proporción de una por dos mediante el aumento del nominal de las acciones a 750 pesetas, han espoleado a los inversores hasta el punto de que los siete grandes valores bancarios han registrado una demanda superior al millón de títulos. El Banco de Vizcaya no pudo cotizar al no cubrir la oferta el 20% de la demanda y publica posición de dinero sin operaciones al 2.255%.

Varios valores industriales han tenido que recurrir, en el mercado madrileño, a la repetición del corro tras resultar imposible, en un primer momento, el cruce de operaciones. En muchos casos la subida del 10% en el precio de los títulos tampoco fue suficiente aliciente para los poseedores de papel y las subidas no contaron, tampoco en esta ocasión, con el refrendo del volumen negociado.

Una de las preguntas que con más insistencia se hacían los operadores en la mañana de ayer se refería a la finalidad de las compras del grupo árabe, no descartándose la posibilidad de que la obtención de plusvalías rápidas esté entre los objetivos de tan imprevisible como silencioso inversor.

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