Reportaje:EL TONO VITAL DE ESPAÑA

Se mantiene el lento deterioro en la estimación de la situación política nacional

El deterioro en la estimación de la situación política nacional sigue la progresión lenta iniciada a finales de 1986. Entonces, uno de cada cinco ciudadanos creía que la situación era buena; hoy sólo es uno de cada siete. Entonces, uno de cada cuatro pensaba que era mala; hoy es uno de cada tres.No cabe duda de que el resultado de las últimas elecciones locales, regionales y europeas ha influido en la formación de tal estado de opinión tras el fuerte revés sufrido por el partido del Gobierno, PSOE, y el primer partido de la oposición, AP: un 62% de los españoles cree que el Gobierno de Felipe ...

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El deterioro en la estimación de la situación política nacional sigue la progresión lenta iniciada a finales de 1986. Entonces, uno de cada cinco ciudadanos creía que la situación era buena; hoy sólo es uno de cada siete. Entonces, uno de cada cuatro pensaba que era mala; hoy es uno de cada tres.No cabe duda de que el resultado de las últimas elecciones locales, regionales y europeas ha influido en la formación de tal estado de opinión tras el fuerte revés sufrido por el partido del Gobierno, PSOE, y el primer partido de la oposición, AP: un 62% de los españoles cree que el Gobierno de Felipe González ha salido debilitado de estas elecciones, mientras que sólo un 5% lo ve reforzado. Naturalmente, la valoración negativa del resultado electoral está mucho más extendida entre los votantes de los partidos de la oposición que entre los del PSOE, aunque también entre estos últimos sea mayoritaria. También en las ciudades grandes, allí donde mayor ha sido el descenso del PSOE, la opinión negativa mayoritaria es aún más frecuente (en torno a un 70% en las ciudades con más de 400.000 habitantes).

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La valoración de los líderes y la intención de voto

Como indicador de opinión, la manifestación de intención de voto en el supuesto hipotético de unas próximas elecciones legislativas muestra los efectos en la opinión del descenso socialista respecto de 1986, la reafirmación del voto de AP (más reducido que antes, pero que tiende a ocultarse en las encuestas cada vez menos) y el ascenso del CDS (hasta ahora con mayor apoyo en los comentarios sobre intenciones que en la realidad de las urnas).

El Partido Comunista (IU) desciende un punto mientras los nacionalistas muestran tendencia a la estabilidad, especialmente Convergència i Unió (CIU).

De cualquier forma, la intención de voto hacia el PSOE sigue sin remontar la caída que se señalaba el pasado mes de marzo y que lo sitúa casi cuatro puntos por debajo de hace un año. Alianza Popular sigue también por debajo de la cota alcanzada en junio del año pasado, pero muestra una tendencia al alza si se considera el dato del trimestre pasado.

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En el contexto de este barómetro se trata de meros indicadores de actitud sin ningún sentido ni interés prospectivos, dado que la eventualidad de unas próximas legislativas está descartada de la experiencia inmediata de los ciudadanos.

La valoración de los líderes ofrece la, clasificación acostumbrada, con Felipe González a la cabeza y un Adolfo Suárez cada vez más próximo; un Manuel Fraga por delante de Antonio Hernández Mancha, y un Alfonso Guerra muy por detrás de Felipe González.

De otro lado, hay que destacar la muy superior valoración de cada líder político entre los votantes del propio partido con la singular buena posición de Garaikoetxea en EA, pero también en el PNV.

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