EL TOUR

¿Cambiarán las tácticas?

El resultado de la etapa de ayer obligará a algunos corredores a cambiar de tácticas. Roche, por ejemplo, parecía condenado a subir la montaña a la defensiva; puede competir con Mottet y con Bernard, pero no se siente seguro ante Delgado, ni ante Millar y, menos, ante Herrera. Le sucede que ahora Mottet se ha puesto a 2.33, una diferencia difícil de superar en 38 kilómetros contra reloj (penúltima etapa), su terreno predilecto, pero también el de Mottet.Millar atacó en Luz Ardiden a título de prueba, pero sin resultado. Y no ha superado en contra reloj a los cuatro corredores que tiene por del...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El resultado de la etapa de ayer obligará a algunos corredores a cambiar de tácticas. Roche, por ejemplo, parecía condenado a subir la montaña a la defensiva; puede competir con Mottet y con Bernard, pero no se siente seguro ante Delgado, ni ante Millar y, menos, ante Herrera. Le sucede que ahora Mottet se ha puesto a 2.33, una diferencia difícil de superar en 38 kilómetros contra reloj (penúltima etapa), su terreno predilecto, pero también el de Mottet.Millar atacó en Luz Ardiden a título de prueba, pero sin resultado. Y no ha superado en contra reloj a los cuatro corredores que tiene por delante. Millar no puede estar a la defensiva en los Alpes. Tendrá que dejar de chupar rueda.

Más información

Delgado confía en que el calor haga daño a Mottet y Roche. Tiene el liderato tan cerca como en 1983, cuando su primer día malo histórico le apartó de todo lugar privilegiado. Pero en las cumbres está solo y no puede controlar todos los saltos. Quizás tarde en atacar, pero tendrá que hacerlo. Porque sabe que el Tour no da siempre tantas alegrías juntas.

Y queda Herrera, que ha vuelto a sacar un minuto, pero esta vez sin subir un peldaño. Está a seis minutos de Roche. Atacará, seguro, sin duda, y seis minutos entre tanta montaña es distancia a su alcance.

Por tanto, hay posibilidades para todos los gustos. Pero si la lluvia puso su mano en la general, está claro que Herrera hará lo propio. Lo mismo no consigue el triunfo final, pero sí subir a alguno al podio (como hace dos años con Hinault) o mandar a otros a las catacumbas.

Archivado En