Un incendio, seguido de varias explosiones, destruye una fábrica de disolventes en Barcelona

Un pavoroso incendio, acompañado de varias explosiones, destruyó ayer las instalaciones de la empresa Barcelonesa de Productos Químicos, SA, dedicada a la regeneración y destilación de disolventes, situada en Lliçà de Vall (Barcelona). Fuentes de la empresa afectada señalaron que el siniestro, en el que resultaron heridos un empleado y un bombero, se produjo por la electricidad estática generada por la lluvia.

El incendio, que provocó el pánico entre los 2.000 habitantes de la localidad, se inició a las 2.43 de ayer en un bidón de 200 litros de disolvente que se encontraba en la nav...

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Un pavoroso incendio, acompañado de varias explosiones, destruyó ayer las instalaciones de la empresa Barcelonesa de Productos Químicos, SA, dedicada a la regeneración y destilación de disolventes, situada en Lliçà de Vall (Barcelona). Fuentes de la empresa afectada señalaron que el siniestro, en el que resultaron heridos un empleado y un bombero, se produjo por la electricidad estática generada por la lluvia.

El incendio, que provocó el pánico entre los 2.000 habitantes de la localidad, se inició a las 2.43 de ayer en un bidón de 200 litros de disolvente que se encontraba en la nave de producción, donde se hallaban ubicados los reactores y los tanques de proceso.Los dos vigilantes nocturnos que en aquellos instantes se encontraban en el interior de la fábrica, perteneciente a la empresa BPQ, SA, intentaron sofocar las llamas con carros de espuma, pero al no poder controlar su avance solicitaron la ayuda de los bomberos. Uno de los dos empleados, José Medina Falguera, de 34 años, sufrió quemaduras de carácter leve en la cara, manos y piernas, y permanece internado en un centro hospitalario próximo al lugar del siniestro.. La nave de producción donde se inició el fuego disponía de una cisterna con 150 metros cúbicos de agua situada en la parte superior del edificio. Pese a ello, las llamas se extendieron con inusitada rapidez y en su avance arrasaron también otras tres naves dedicadas a almacén y un solar, donde había gran número de bidones de 200 litros y dos silos de 15.000 litros que contenían disolventes orgánicos y otros productos inflamables.

Durante el siniestro, que pudo ser controlado a las 4.20, una hora y media después de haberse iniciado, pero que no fue apagado hasta el mediodía, se registraron numerosas explosiones. Uno de los dos silos saltó por los aires sobre las 10.30, alcanzando al bombero Albert Lloret, que fue ingresado en el hospital de Granollers con quemaduras en las manos. La virulencia de las llamas y la espectacularidad de las explosiones causaron cierto temor y gran expectación en la población de Lliçà de Vall, localidad de gran tradición industrial, situada a unos 20 kilómetros de Barcelona. Una familia que vive a 100 metros de la fábrica hubo de ser desalojada.

La lluvia, responsable

Al lugar del incendio se desplazaron 44 vehículos y 250 bomberos, que, ante la imposibilidad de aproximarse al fuego debido a las altas temperaturas y al peligro que entrañaban la continuas explosiones, tuvieron que combatir las llamas con cañones de agua. Fuentes de los bomberos lamentaron la falta de bocas de agua en el polígono donde se encuentra ubicada la fábrica, hecho que les obligó a desplazarse hasta el núcleo urbano para abastecerse.Fuentes de la empresa afectada por el incendio comentaron que, al parecer, el siniestro fue provocado por la electricidad estática producida por la lluvia que caía en el momento de iniciarse las llamas. Las mismas fuentes eludieron precisar el valor de los daños causados por el fuego, aunque indicaron que sus instalaciones estaban valoradas en unos 100 millones de pesetas. La empresa, situada en el polígono El Pla, empleaba a 20 trabajadores.

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