Siete cabos paracaidistas y un soldado, condenados por abusos en las novatadas

Siete cabos paracaidistas y un soldado han sido condenados en consejo e guerra como autores de varios delitos de abuso de autoridad y coacciones, cometidos con ocasión de las novatadas de que hicieron objeto a siete soldados Negados a la brigada paracaidista de Alcalá de Henares durante los días 29 y 30 de diciembre de 1981.

Las novatadas consistieron en golpes, amenazas, y vejaciones sexuales de distinto tipo. Tres meses después uno de los afectados, Joaquín Gil Roca, al que siguieron presionando y maltratando se dejó caer desde una ventana del acuartelamiento y falleció. La senten...

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Siete cabos paracaidistas y un soldado han sido condenados en consejo e guerra como autores de varios delitos de abuso de autoridad y coacciones, cometidos con ocasión de las novatadas de que hicieron objeto a siete soldados Negados a la brigada paracaidista de Alcalá de Henares durante los días 29 y 30 de diciembre de 1981.

Las novatadas consistieron en golpes, amenazas, y vejaciones sexuales de distinto tipo. Tres meses después uno de los afectados, Joaquín Gil Roca, al que siguieron presionando y maltratando se dejó caer desde una ventana del acuartelamiento y falleció. La sentencia que se hizo pública ayer no aprecia nexo causal entre las vejaciones y malos tratos y el suicidio del solado.Los cabos procesados Luis [oval González y Félix Fernández Núñez han sido absueltos.

El cabo Julián Fernández Fernández, ha sido condenado a un total de nueve años. El cabo Ángel Castillo Martínez, a un total de dos años. El cabo Manuel Vargas Ramos, a cinco penas de ocho meses cada una. El cabo Pedro Navarro Tendero, a cuatro penas de ocho meses. El cabo José Delgado Márquez, a un total de 24 meses. El cabo Máximo Mozo Mate, por siete delitos de abuso de autoridad, con la atenuante de ser menor de 18 años, tres meses y un día de prisión por cada uno de ellos. El cabo Andrés Bueno Sáez, por dos delitos de coacciones, a un mes y un día de arresto mayor y 35.000 pesetas de multa por cada uno. Por n el soldado Jorge Cuenca Martínez, por tres delitos de coacciones, a tres meses de arresto mayor y 40.000 pesetas de multa por cada uno de ellos.

Según relata la sentencia, el 9 de diciembre de 1981 se incorporaron a la primera compañía de la primera bandera de la brigada paracaidista (con sede en Alcalá de Henares) los siete paracaidistas que fueron objeto e las novatadas. El texto judicial relata como hechos probados algunas de ellas consistentes, en exigencias de dinero, con amenazas, "beber licor directamente de una botella hasta que o aguantaban más, entre burlas golpes".

Reseña también la sentencia como algunos procesados obligaron a varios de los recién llegados "entre frases de desprecio, ofertadas y puñetazos a hacer flexiones hasta el agotamiento, llevando colgada de la espalda la laca de un mortero".

Se relata también como los procesados Julián Fernández y osé Delgado, "en unión de otros o identificados obligaron a Manuel Gómez, entre las burlas de todos, a arrastrar una moneda por el suelo con el pene".

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"Acto seguido, los procesados Julián Fernández, José Delgado Jorge Cuenca obligaron a Fabio Romay a arrastrar una monea por el suelo con los testículos". En otro momento Manuel argas, José Delgado y Julián Fernández "hicieron salir de la cama a José Cerdán Ros y le exigeron que, a su presencia y la de otros no identificados, se masturbara, lo que hizo Cerdán". Duante su estancia en la unidad y tras ser atendido en el botiquín por los golpes recibidos, Joaquín Gil Roca, dice la sentencia, "fue progresivamente menguando su ánimo y aislándose de sus compañeros, obsesionándose en el recuerdo de los hechos, al tiempo que era objeto de recriminaciones y malos tratos como inepto o chivato por parte de superiores inmediatos y compañeros".

Todo ello le hizo caer en un profundo abatimiento, a consecuencia del cual, sobre las 22.20 del día 13 de marzo de 1982, tras permanecer largo rato sentado en el Tarco de una ventana del acuartelamiento, se dejó caer de la misma, tumbándose hacia atrás, sin un grito ni ademán de agarrarse golpeándose la cabeza contra el suelo desde una altura de más de siete metros, lo que le originó gravisimas lesiones, y falleció el día 20 del mismo mes.

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