Entrevista:DOS DIMISIONES PRECIPITADAS

Julio Feo: "Me marcho porque Felipe González ya no me necesita"

JOAQUIN PRIETO "Estoy cansado de hacer un trabajo rutinario, y además el presidente del Gobierno ya no me necesita". Julio Feo ofrece esta explicación acerca de su renuncia a un puesto en el que ha gozado de la confianza de Felipe González. Feo confiesa también que le "habría gustado mucho" dirigir el deporte español, con vistas a los Juegos Olímpicos de 1992.

El secretario general del presidente del Gobierno abandonó súbitamente su despacho el pasado lunes. El miércoles reapareció en Atenas, donde confirmó que estaba de vacaciones: "He visto algún partido del equipo español en el Camp...

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JOAQUIN PRIETO "Estoy cansado de hacer un trabajo rutinario, y además el presidente del Gobierno ya no me necesita". Julio Feo ofrece esta explicación acerca de su renuncia a un puesto en el que ha gozado de la confianza de Felipe González. Feo confiesa también que le "habría gustado mucho" dirigir el deporte español, con vistas a los Juegos Olímpicos de 1992.

El secretario general del presidente del Gobierno abandonó súbitamente su despacho el pasado lunes. El miércoles reapareció en Atenas, donde confirmó que estaba de vacaciones: "He visto algún partido del equipo español en el Campeonato Europeo de baloncesto, y ahora me voy a navegar. Volveré el día 23, a recoger el despacho y a despedirme". Alejado del clima preelectoral en España, Feo aceptó en Atenas una conversación con este diario.

Pregunta. ¿Por qué renuncia usted al cargo?

Respuesta. Hace un año le planteé al presidente del Gobierno que mi opción personal era dejar la Administración. El trabajo allí se ha convertido en algo rutinario. El presidente dijo que no era oportuno que me fuera entonces y por eso continué.

A finales de febrero pensé de nuevo que seguía siendo un trabajo rutinario y que tenía ganas de volver a la empresa privada. En marzo hablé con el presidente y esta vez él aceptó la idea de que me fuese después de las elecciones municipales. Por tanto, no es una dimisión, sino un cese concertado; porque si el presidente me hubiese dicho: "No te vayas", no me hubiera ido jamás.

P. Si existía el acuerdo de aplazar la dimisión hasta después de las elecciones, ¿por qué se ha difundido antes la noticia?

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R. No busquéis tres pies al gato. Yo hubiera preferido que no se supiera nada, pero se filtró ligeramente hace dos semanas: yo tenía que decírselo a mis amigos y despedirme de mis colaboradores. Hablé con Javier Solana y quedamos en que, si nos preguntaban, diríamos que mi marcha estaba prevista para finales de junio. Como, en efecto, me preguntaron en una cena de periodistas, contesté que era cierto. Quiero negar rotundamente que yo haya divulgado la noticia en plena campaña electoral; ha sido una coincidencia.

El presidente se volvió atrás

P. Dice usted que el trabajo en Moncloa era muy rutinario. ¿Por eso intentó coordinar los servicios de seguridad e información, o presidir el Consejo Superior de Deportes?

R. Lo del servicio de seguridad no es cierto. Eso fue un invento de dos revistas. En cambio, es verdad que el presidente me preguntó si me apetecería lo del Consejo de Deportes.

P. ¿Entonces fue idea del presidente ofrecerle ese cargo?

R. Sí, el presidente fue quien me lo propuso. Le dije que sí, que me gustaría mucho, y me contestó que fuera haciéndome a la idea. A los 20 o 25 días me dijo que lo olvidara: "No vamos a hacerlo". Punto, no hubo más.

Quiero que se entienda una cosa: yo nunca he pedido un puesto a Felipe González y siempre he hecho lo que él ha querido que hiciese.

P. ¿Y qué razón le dio Felipe González para volverse atrás?

R. No me dio ninguna razón, sólo que no lo consideraba oportuno. No conozco los motivos, si es que ha habido alguno, y desde luego no he pedido explicaciones al presidente.

Desde hace cinco años he estado pegado a Felipe González como una lapa, y últimamente ya no iba con él porque hay gente intermedia que cumple esas funciones. He montado un pequeño aparato en torno al presidente, que hace que funcione el palacio de la Moncloa. Mi trabajo está hecho, eso es todo.

P. ¿No le parece extraño que Felipe González no le retenga?

R. El presidente me deja marchar en un momento en que ya no me necesita tanto, o perdón, en que no me necesita y puede sustituirme; y además sabe que tengo realmente ganas de irme. He colaborado para lanzar el proyecto socialista, pero no tengo interés por la carrera política. No se trata tanto de ganar más dinero como de recuperar mi libertad personal.

P. ¿A qué se va a dedicar ahora exactamente?

R. A lo de antes, es decir, a la empresa privada. Mi antigua entidad, Comunicación 2.000, no existe; se trataría de fundar una nueva. Si tengo ofertas, trabajaré para terceros; si no, ya veremos; no lo tengo decidido.

P. ¿Tal vez gestiones privadas para el Gobierno?

R. O públicas; si me necesitan, ¿por qué no? En cualquier caso, quiero permanecer alejado de la política por lo menos tres o cuatro años.

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