Petrovic sólo jugó un tiempo ante la URSS

L. G. La selección soviética derrotó con ciertos apuros a Yugoslavia en un partido, posible final anticipada, que deparó algunas sorpresas. Para empezar, la del técnico balcánico Cosic, al reservar a Petrovic sólo para la segunda parte. Por otro lado, Gomelski movió mucho mejor al equipo soviético que cualquiera de sus sucesores y supo aliviar la ausencia de Sabonis. Petrovic, aplaudido y requerido por el público, pero pronto abucheado en cuanto hizo provocaciones de las suyas, demostró su gancho y también, al final, su calidad al ser protagonista principal de una espectacular remontada...

L. G. La selección soviética derrotó con ciertos apuros a Yugoslavia en un partido, posible final anticipada, que deparó algunas sorpresas. Para empezar, la del técnico balcánico Cosic, al reservar a Petrovic sólo para la segunda parte. Por otro lado, Gomelski movió mucho mejor al equipo soviético que cualquiera de sus sucesores y supo aliviar la ausencia de Sabonis. Petrovic, aplaudido y requerido por el público, pero pronto abucheado en cuanto hizo provocaciones de las suyas, demostró su gancho y también, al final, su calidad al ser protagonista principal de una espectacular remontada de su equipo.

El partido en sí ofreció pocas variaciones tácticas; los principales puntos de interés se centraron en la aparición de jóvenes por ambas partes, aunque fue Yugoslavia quien ofreció mayor cantidad y más calidad. El gran hallazgo del partido fue el alero -que puede ejercer de base-, Kukok, de 19 años y 2,06 metros. Demostró ya una gran decisión para hacer cosas importantes en partidos de entidad.

Amplio triunfo griego

En el tercer partido del grupo, el anfitrión, Grecia, arrolló a Rumanía, rival hoy de España, por 109-77. Gallis, con 44 puntos, volvió a ser el gran destacado. Fassulas, con 20 puntos, le siguió en los anotadores, mientras la discreción rumana fue total, con Branisteanu como mayor cota, en 14 puntos.