Lechera de Cataluña-Rania quiebra y cierra sus puertas

Lechera de Cataluña-Rania ha cerrado definitivamente sus puertas, después de que el Juzgado de Instrucción número 1 de Pamplona dictara un auto de quiebra a instancias de un grupo de acreedores de Navarra a los que la empresa adeudaba unos 100 millones de pesetas. Los ganaderos de Gerona, que componen el principal grupo acreedor, se reunieron ayer por la noche para instar también la quiebra.

El auto judicial de quiebra fue dictado a mediados de mes, y en él se aplica el principio de retroacción, por lo que se deja sin efecto toda la actividad de Rania desde el pasado mes de noviembre, e...

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Lechera de Cataluña-Rania ha cerrado definitivamente sus puertas, después de que el Juzgado de Instrucción número 1 de Pamplona dictara un auto de quiebra a instancias de un grupo de acreedores de Navarra a los que la empresa adeudaba unos 100 millones de pesetas. Los ganaderos de Gerona, que componen el principal grupo acreedor, se reunieron ayer por la noche para instar también la quiebra.

El auto judicial de quiebra fue dictado a mediados de mes, y en él se aplica el principio de retroacción, por lo que se deja sin efecto toda la actividad de Rania desde el pasado mes de noviembre, en que se inició el impago de la deuda. Por este motivo, se ha dejado sin efecto la venta de Lechera de Cataluña Sociedad Anónima Laboral -cuyos accionistas eran los trabajadores- a la sociedad Danloph, formada por una veintena de ganaderos de Gerona que pretendían reflotar Rania y contar con un canal para comercializar su propia producción láctea. La venta a Danloph se efectuó el 9 de febrero de este año, por unos 60 millones de pesetas más otros 60, aproximadamente, entre avales y garantías, según informaron los compradores en su momento.Tras la quiebra, fuerzas de la Guardia Civil precintaron la factoría de Mollet, a la espera de una futura liquidación de los bienes. La deuda de Rania supera actualmente los 2.400 millones de pesetas.

Rania ya sufrió una quiebra y posterior liquidación entre 1980 y 1982 -a causa de las estrechas relaciones del principal accionista, Juan Freixas, con una secta esotérica que intentó convertir la empresa en campo de experimentación de sus teorías-, que acabó con la compra de los activos por parte de los trabajadores y la creación de una Sociedad Anónima Laboral (SAL).

En 1986, Lechera de Cataluña-Rania estuvo a punto de ser adquirida por una sociedad cooperativa francesa y por el holding italo-luxemburgués Interpart-Sasea, actual propietario de los hoteles Meliá. Las conversaciones no cuajaron en ninguno de los casos y, tras un período crítico entre noviembre y febrero, quedó en manos de Danloph, SA.

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