El gran reto

El gran reto, dentro del espíritu especial amateur que aún se mantiene en el rugby, un deporte que leva poco a poco anclas del pasado, estriba en saber cómo se verá afectado por un acontecimiento con impacto mundial, nuevo para él. La comercialización, que hasta ahora había logrado obviar en gran medida, salvo la publicidad inevitable incluso en los viejos templos sagrados británicos, Twickenham, Murrayfield, Arnis Park o Lansdowne Road, entrará de forma mucho más dificil de parar que en los contactos esporádicos producidos hasta ahora.La International Board, ante el peligro de q...

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El gran reto, dentro del espíritu especial amateur que aún se mantiene en el rugby, un deporte que leva poco a poco anclas del pasado, estriba en saber cómo se verá afectado por un acontecimiento con impacto mundial, nuevo para él. La comercialización, que hasta ahora había logrado obviar en gran medida, salvo la publicidad inevitable incluso en los viejos templos sagrados británicos, Twickenham, Murrayfield, Arnis Park o Lansdowne Road, entrará de forma mucho más dificil de parar que en los contactos esporádicos producidos hasta ahora.La International Board, ante el peligro de que todo se le pueda ir de las manos, se había resistido durante varios años al proyecto. Al final, le ha puesto a la Copa el nombre de William Webb Ellis, aquel desgarbado y pelirrojo chaval que un brumoso día de noviembre de 1823, desafiando las reglas del fútbol entonces imperantes, corrió con el balón en las manos en el campo de la Public School de la localidad inglesa de Rugby.

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La promoción y comercialización de la Copa fue concedida al grupo británico West Nally -con experiencia ya en dos Copas del Mundo de fútbol, en 1978 y 82, así como en los I Mundiales de Atletismo, en 1983, pero también en giras musicales de los Rolling Stones o de David Bowie- en dura lucha con su gran rival americano McCormack.

Los jugadores, rodeados cada vez más de miles de dólares, ya pueden empezar a rozarlo con el ambiguo sistema de compensaciones por tiempo perdido, con el que se iniciaron en el profesionalismo casi todos los deportes.La guerra de los balones a utilizar, por ejemplo, jugosa por los primeros planos en televisión de las transformaciones y los golpes de castigo, ha sido un caso significativo. Competían las marcas inglesas Gilbert y Mitre, y la alemana Adidas. Al final ganó Mitre, una de las modernas, ya sin los cordones de los primeros balones tradicionales, de cuero, que aún fabrica Gilbert, con sede, precisamente, en Rugby. Mitre, pionera en los balones sintéticos, . superó a Adidas, que se confórmará con vestir a la mayoría, de equipos. Ambas contaban. sobre, Gilbert con la ventaja de su mayor impacto mundial.

En el pasado Torneo de las Cinco Naciones el balón fue Adidas en los partidos en Francia contra Gales y Escocia; Gilbert en Inglaterra y Mitre en Irlanda.

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