VUELTA CICLISTA A ESPAÑA

Nada más que un buen torneo de verano

En la línea de salida de Barco de Ávila comenzó a conocerse la noticia de que Sean Kelly tenía un forúnculo en salva sea la parte. Esto del forúnculo es un mal clásico en el ciclista, una especie de amenaza permanente, como el menisco -para los futbolistas o el hígado para los bebedores. Hasta esa etapa, las molestias de Kelly habían sido un secreto tan bien guardado como el mal tiempo de París Su equipo, el Kas, no quería que los rivales supieran que su estrella era vulnerable, que sufría del perineo, la breve parte de su anatomía en la que el ciclista descansa sobre el sillín Las manos condu...

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En la línea de salida de Barco de Ávila comenzó a conocerse la noticia de que Sean Kelly tenía un forúnculo en salva sea la parte. Esto del forúnculo es un mal clásico en el ciclista, una especie de amenaza permanente, como el menisco -para los futbolistas o el hígado para los bebedores. Hasta esa etapa, las molestias de Kelly habían sido un secreto tan bien guardado como el mal tiempo de París Su equipo, el Kas, no quería que los rivales supieran que su estrella era vulnerable, que sufría del perineo, la breve parte de su anatomía en la que el ciclista descansa sobre el sillín Las manos conducen la bicicleta y los pies la empujan, pero en el perineo es donde se establece la imprescindible convivencia entre el hombre y la máquina.Los, que en Barco de Ávila se preocupaban por las molestias de Kelly sabían que el tamaño de su forúnculo iba a tener tanta importancia para el desenlace de la Vuelta a España como la forma de la nariz de Cleopatra para la historia. Porque cuando Kelly se bajó de la bicicleta la Vuelta terminó de quedar en evidencia.

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. Mientras Kelly se mantuvo en carrera, al menos aún cabía la esperanza de un final vibrante, con los colombianos atacándole en Gredos y, en Guadarrama. Pero, cuando Kelly tuvo que retirarse, los colombianos, con Lucho Herrera a la cabeza, se quedaron solos, en condiciones de moverse con plena comodidad en la montaña, su biotopo. Y la Vuelta acabó como se había estado desarrollando durante tantos días: lánguidamente.

La Vuelta a España está bien organizada, su trazado es bueno y obtiene -previo religioso pago- un buen apoyo de TVE, lo que le garantiza animación. Pero año tras año es evidente que las figuras la utilizan, en su gran mayoría, para preparar el Tour de Francia. Herrera ha ganado gracias a su triunfo en los Lagos, en definitiva, un puerto que se queda muy por debajo en dificultad de los grandes del Tour, a un aceptable papel contra el reloj y a que en las etapas llanas nadie le buscó las cosquillas. El abandono de Kelly nos impide saber si en caso contrario hubiéramos asistido a una gran lucha en el Sistema Central. Pero, posiblemente, ni eso. Para los ciclistas, la Vuelta a España sigue sin ser más que un torneo de verano. Bueno, como el Carranza, el Bernabéu o el Gamper, pero desprovisto de auténtica vibración deportiva. De ansia de vencer.

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