Concepción Goñi

Una sordomuda, candidata socialista a concejala

Concepción Goñi, sordomuda de nacimiento, puede convertirse en el primer concejal de España con este tipo de minusvalía. El octavo lugar de la lista del PSOE de Móstoles, partido que ocupa la alcaldía desde 1979, ha sido reservado para esta mujer de 41 años, cuya única pretensión es luchar por los sordos y sus derechos. Antes lo hacía en la peluquería donde trabajaba; ahora, en la Asociación de Sordomudos de Móstoles. En dos meses, si los electores quieren, podrá hacerlo desde un ayuntamiento.

Concepción Goñi, natural de Alsasua (Navarra), llegó a Madrid a los ocho años para estudiar en...

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Concepción Goñi, sordomuda de nacimiento, puede convertirse en el primer concejal de España con este tipo de minusvalía. El octavo lugar de la lista del PSOE de Móstoles, partido que ocupa la alcaldía desde 1979, ha sido reservado para esta mujer de 41 años, cuya única pretensión es luchar por los sordos y sus derechos. Antes lo hacía en la peluquería donde trabajaba; ahora, en la Asociación de Sordomudos de Móstoles. En dos meses, si los electores quieren, podrá hacerlo desde un ayuntamiento.

Concepción Goñi, natural de Alsasua (Navarra), llegó a Madrid a los ocho años para estudiar en un colegio especial. A los 16, cuando terminó sus estudios, podía pronunciar alguna sílaba y sabía leer algo, pero no entendía el significado de las palabras. La educación que había recibido se limitaba a repetir como loros. Un sistema pedagógico que ha impedido a muchos sordos comprender mejor el mundo que les rodea y los derechos que les asisten. "Por eso", dice, "es la peor de las minusvalías. El sordo no se entera de nada, no entiende las cosas".Su lenguaje hablado lo perfeccionó en San Sebastián, adonde se trasladó para trabajar en una peluquería. Allí, entre peinado y permanente, las clientas le estiraban las palabras que dejaba incompletas y le perfeccionaban las sílabas incorrectas. Pero los esfuerzos no le sirvieron para encontrar trabajo en Madrid, adonde llegó con 25 años para casarse con Ángel María, el chico sordomudo al que conoció en el colegio. "Tuve que recorrer 53 peluquerías para encontrar una que aceptara una empleada sordomuda".

Pero es esta una mujer que no se desmorona fácilmente. Ni siquiera le frenó la multa que le impusieron por carecer de licencia cuando decidió instalar una peluquería en su casa para cuidar mejor a su primera hija. Ángel y Concha tienen tres hijas sin minusvalía.

La suegra se quedó la primera noche que tuvo la niña en casa para comprobar si podía ocuparse de ella. "No vino más", explica con orgullo, y es que algo intraducible, como un pitidito, la alerta cuando su hija llora o la necesita, una sensación que no percibe su marido.

En su casa, atendiendo a las clientas sordomudas, se percató de la poca información que tenían. Les preguntaba si tenían el certificado de minusvalía o si cobraban la pensión. "Pocos conocían sus derechos". Por eso dejó su trabajo y ayudó a crear la Asociación de Sordomudos; por eso, y también "porque me estaba quedando desfasada en los peinados porque no podía ir a las exposiciones y a los concursos de peluquería".

Desde hace cuatro años tramita los papeles de los 200 sordomudos que viven en Móstoles y participa con entusiasmo en todos los actos que organiza la asociación.

Este año ha ganado el premio a la mejor canción mímica con un tema titulado Sólo el amor. Ingresó en el PSOE hace año y medio sólo porque pensó que podía defender mejor los derechos de los sordos, y simplemente por ello no dudó un momento en decir sí a la oferta que le hizo el partido.

"Es el año de los sordomudos, primero un Oscar y ahora una concejala", explica sonriendo, mientras señala recortes de prensa de Marlee Matlin, la sordomuda ganadora del último Oscar a la mejor actriz principal, cuya foto preside el salón de la asociación.

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