El Español tuvo contra las cuerdas al Madrid

El Español, que ha terminado la primera fase del campeonato sin perder un solo partido en casa y, cediendo cuatro empates, mereció cerrar su espectacular actuación con una clara victoria sobre el Real Madrid, un conjunto que, pese a controlar el partido durante la primera parte, no supo crear ocasiones de gol claras. Si el partido hubiese finalizado con victoria blanquiazul nadie se hubiera llevado las manos a la cabeza, ni siquiera Leo Beenhakker, que anoche volvió a pedir clemencia para los suyos -"durante los dos próximos meses jugaremos dos partidos por semana", comentó- y tuvo que utiliza...

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El Español, que ha terminado la primera fase del campeonato sin perder un solo partido en casa y, cediendo cuatro empates, mereció cerrar su espectacular actuación con una clara victoria sobre el Real Madrid, un conjunto que, pese a controlar el partido durante la primera parte, no supo crear ocasiones de gol claras. Si el partido hubiese finalizado con victoria blanquiazul nadie se hubiera llevado las manos a la cabeza, ni siquiera Leo Beenhakker, que anoche volvió a pedir clemencia para los suyos -"durante los dos próximos meses jugaremos dos partidos por semana", comentó- y tuvo que utilizar la artimaña de cambiar a Hugo Sánchez -desaparecido por el decreto 1.006 / 85 en el último minuto para arañar segundos al empate.Javier Clemente, que por vez primera no estuvo parlanchín ni dicharachero en las horas previas al encuentro, volvió a sorprender a la parroquia de Sarriá. No sólo jugó con tres defensas -debió pensar que el lobo (Real Madrid) salía sin dientes (Butragueño)-, sino que colocó a Márquez de delantero centro nato, dejando en el banquillo a Pineda. Se trataba de jugar con más técnica y menos patadón. Con más cabeza que corazón. Lo primero, lo de los tres defensas, le dio resultado, pues el Madrid de anoche no hubiese marcado ni jugando 200 minutos más.

La primera parte fue de control blanco. Gallego desde atrás, Michel y Martín Vázquez en el centro y un habilidoso y correoso Pardeza, hicieron que el Madrid provocara la inquietud en el rival, aunque no lograse asustarle, ya que siempre erraba en el último pase. Clemente, que dio la sensación de quererlo cambiar todo en una noche, prohibió los desplazamientos largos y pidió fútbol-control. Y, claro, a control quien tenía las de ganar era el Madrid, como quedó demostrado. El Español no dio una sola patada -sí, una sí que dio- durante los primeros 20 minutos. Sin presión ni agresividad, el balón estaba en manos del más técnico, del que vino a marearlo: el Madrid.

En el descanso, Clemente volvió a lo de antes, a lo de siempre. A lo seguro. Y el Español salió a comerse el mundo y debió cenarse al Madrid, con postre, café y puro. Al final, los blancos estuvieron a punto de sacar la bandera de su color preferido pidiendo paz. La verdad es que ese cambio de Hugo por Juanito bien pudiera entenderse así.

En un derroche de fuerza, coraje y ganas de no perder el último tren -el Español entra en el play off con siete puntos menos que el líder-, los blanquiazules buscaron el gol. La entrada de Pineda por Márquez -puede que Clemente se arrepintiera demasiado tarde de su golpe de efecto- hizo que el Madrid sufriera mayor presión. A los 80, fue Pichi quien se quedó solo ante Buyo, pero el meta blanco detuvo su disparo revolviéndose en un palmo de terreno. "Y, cuando sólo faltaban tres minutos, Pineda, Valverde y Pichi se entretuvieron con el balón en el área pequeña, hasta que Buyo detenía el disparo del goleador blanquiazul. El Español no ganará el título, pero sigue siendo el más chulo del barrio.

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