Sólo a Juanito

Los ultrasur han adoptado desde hace algunas semanas una nueva costumbre: la de robar balones. Cada tiro alto contra la portería del fondo sur que acaba en sus manos tiene siempre el mismo desenlace. Ellos se niegan a devolver el balón y desde el banquillo hay que reponer este instrumento esencial para que siga el juego. Luego, ellos consiguen que algunos jugadores les firmen el trofeo, lo rifan o subastan y con eso sacan dinero para sus viajes, sus cohetes y su nitrato de plata, con el que elevan enormes columnas de humo.Los jugadores se han cansado de esto y ayer les exigieron que dev...

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Los ultrasur han adoptado desde hace algunas semanas una nueva costumbre: la de robar balones. Cada tiro alto contra la portería del fondo sur que acaba en sus manos tiene siempre el mismo desenlace. Ellos se niegan a devolver el balón y desde el banquillo hay que reponer este instrumento esencial para que siga el juego. Luego, ellos consiguen que algunos jugadores les firmen el trofeo, lo rifan o subastan y con eso sacan dinero para sus viajes, sus cohetes y su nitrato de plata, con el que elevan enormes columnas de humo.Los jugadores se han cansado de esto y ayer les exigieron que devolvieran el balón. Los ultrasur se negaban a hacerlo hasta que era Juanito el que instaba la devolución. Cuando lo reclamó Juanito, el balón volvió al campo. En Juanito los ultrasur encuentran un interlocutor válido. Bueno será que el Madrid utilice esta vía de diálogo para reconducirlos a unos modos de conducta un poco más sociables. Por ejemplo, para evitar que hagan algo tan rotundamente reprobable como cantar mientras el resto del estadio rinde homenaje a la memoria de un hombre como Vicente Calderón.

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