Cómodo triunfo del Español, muy superior en Cádiz

El Español logró ayer un cómodo triunfo en un encuentro que evidenció por qué cada uno de los contendientes se encuentra en el lugar que ocupa dentro de la clasificación. El Cádiz es un conjunto muy cortito de plantilla y carente de estrellas. Su mejor virtud es el coraje de sus jugadores y su mayor defecto la falta de esquema de juego.En cambio, el Español exhibió un poderío físico envidiable y, sobre todo, una disciplinadísima línea de medios. Sólo Zúñiga marcó con claridad a Conde, porque el trío formado por Orejuela, Golobart e Iñaki siempre se anticipó a sus contrarios, se desmarcó con fa...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El Español logró ayer un cómodo triunfo en un encuentro que evidenció por qué cada uno de los contendientes se encuentra en el lugar que ocupa dentro de la clasificación. El Cádiz es un conjunto muy cortito de plantilla y carente de estrellas. Su mejor virtud es el coraje de sus jugadores y su mayor defecto la falta de esquema de juego.En cambio, el Español exhibió un poderío físico envidiable y, sobre todo, una disciplinadísima línea de medios. Sólo Zúñiga marcó con claridad a Conde, porque el trío formado por Orejuela, Golobart e Iñaki siempre se anticipó a sus contrarios, se desmarcó con facilidad y presionó a los hombres del Cádiz ante su pasividad. Sólo Bermell, una garantía, evitó un tanteo de escándalo.

Con un fútbol teóricamente a la defensiva, el Español esperó al Cádiz en el círculo central para robarle allí el balón y entrar por las bandas, sobre todo por la derecha. Valverde cuajó magníficas jugadas y siempre encontró en Pineda. el rematador perfecto. Por la izquierda, sin embargo, el conjunto de Clemente tuvo más problemas, con las penetraciones de Villa y Cabrera.

Ya con un gol en contra, al Cádiz se le puso la segunda mitad muy cuesta arriba. Vino el segundo y el público reconoció la superioridad del conjunto catalán, al que incluso aplaudió. El último cuarto de hora fue patético: un Cádiz entregado que ni siquiera intentaba el control del balón y, un Español al que sólo le preocupaba el pitido final para no perder el avión de las diez y media.

Archivado En