Un centenar de garitos

Un centenar de garitos de juego ilegal, "controlados algunos de ellos por mafias de hampones", perviven aún en España pese a los últimos precintos administrativos de locales clandestinos. El reciente cierre de una decena de casinos ilegales en Cataluña, ordenado por la Generalitat, así como el precinto de otro local de Marbella por parte de la Junta de Andalucía, "sólo han sido un lavado superficial y parcial", afirma Enrique Muro, secretario de la Asociación Española de Casinos de Juego.Las declaraciones de Muro hacen pensar que el mundo del juego en España coexiste en dos circuitos diferente...

Un centenar de garitos de juego ilegal, "controlados algunos de ellos por mafias de hampones", perviven aún en España pese a los últimos precintos administrativos de locales clandestinos. El reciente cierre de una decena de casinos ilegales en Cataluña, ordenado por la Generalitat, así como el precinto de otro local de Marbella por parte de la Junta de Andalucía, "sólo han sido un lavado superficial y parcial", afirma Enrique Muro, secretario de la Asociación Española de Casinos de Juego.Las declaraciones de Muro hacen pensar que el mundo del juego en España coexiste en dos circuitos diferentes: uno, el constituido por los 19 casinos legales, opera a plena luz; el segundo, formado por un circuito subterráneo y clandestino, funciona en la sombra, pero con toda impunidad.

Enrique Muro acusa a estos garitos ilegales de competencia desleal. "No sólo no pagan tasas ni licencias fiscales, sino que, al no cumplir normativa alguna, atraen fácilmente a nuestros clientes potenciales". De ese modo, "mientras los casinos legales deben situarse a 20 kilómetros de las ciudades, con lo que supone de barrera para los visitantes, los garitos clandestinos ofrecen cierta comodidad al cliente perezoso, ya que se instalan en cualquier lugar". Pero lo que más molesta a la Asociación Española de Casinos "es la mala imagen del juego que crean estos clubes y garitos". Una imagen de bajos fondos, según la asociación.