Crítica:CINE

El corazón manda

Romper corazones, Vittorio de Sica lo hacía tanto desde la ficción de la pantalla como desde la realidad de sus cámaras, sabida es su debilidad por enamorarse de las actrices con las que trabajaba o a las que dirigía. Con María Mercader tuvo un idilio superior que ya es historia.Esa llamarada se produjo durante el rodaje de Recuerdo de amor (Un garibaldino al convento, 1942), cuarto largometraje realizado por el cineasta, tercero que se ofrece en este actual ciclo sobre cine italiano. Aparte de un pequeño papel que se reserva en plan estrella, De Sica se dedica en ...

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Romper corazones, Vittorio de Sica lo hacía tanto desde la ficción de la pantalla como desde la realidad de sus cámaras, sabida es su debilidad por enamorarse de las actrices con las que trabajaba o a las que dirigía. Con María Mercader tuvo un idilio superior que ya es historia.Esa llamarada se produjo durante el rodaje de Recuerdo de amor (Un garibaldino al convento, 1942), cuarto largometraje realizado por el cineasta, tercero que se ofrece en este actual ciclo sobre cine italiano. Aparte de un pequeño papel que se reserva en plan estrella, De Sica se dedica en Un recuerdo de amor exclusivamente a la dirección en lo que es una entretenida comedia sentimental, cuya membrana sigue siendo la anterior Los teléfonos blancos, aunque en este caso la ficción impone un decorado de época, concretamente el de la revolución garibaldina.

Comedia, en cualquier caso, fresca y pasablemente desenvuelta, salada -que es en puridad un grado menos picante-, que pulsa la tecla romántica del momento y la tendencia a la lagrimita fácil. Junto a María Mercader, la ya por entonces muy célebre Carla del Poggio, y como galán, alguien con mucho menor carisma y menos simpatía que De Sica, Leonardo Cortese. Pieza de museo, mismamente.

Recuerdo de amor se emite hoy a las 21.05 por TVE-2.

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