LA CAMPAÑA DE LAS ELECCIONES VASCASLos candidatos y sus partidos

EA, la cruz del PNV

Lo primero que le viene a la cabeza a cualquier observador ante una concentración de Eusko Alkartasuna (EA) es que se ha equivocado de hora o lugar y se encuentra en un acto del Partido Nacionalista Vasco (PNV). Es la misma gente, idéntico público, igual paisaje humano, como ' si el PNV fuera la cara y EA la cruz de la misma moneda.Se pueden precisar algunos matices, no obstante. EA ha conseguido incorporar a su filas y a su entorno un porcentaje de jóvenes profesionales urbanos con un saludable aspecto de felicidad arrolladora y ningún signo externo que denote procedencia próxima o rem...

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Lo primero que le viene a la cabeza a cualquier observador ante una concentración de Eusko Alkartasuna (EA) es que se ha equivocado de hora o lugar y se encuentra en un acto del Partido Nacionalista Vasco (PNV). Es la misma gente, idéntico público, igual paisaje humano, como ' si el PNV fuera la cara y EA la cruz de la misma moneda.Se pueden precisar algunos matices, no obstante. EA ha conseguido incorporar a su filas y a su entorno un porcentaje de jóvenes profesionales urbanos con un saludable aspecto de felicidad arrolladora y ningún signo externo que denote procedencia próxima o remota de un caserío. Es un tipo asimilable a los yuppies que rodeaban al demócrata Gary Hart durante su carrera hacia la presidencia norteamericana. En Euskadi puede ser observado entre la clientela de Euskadiko Ezkerra, pero resulta difícil de encontrar en los actos del partido fundado por Sabino Arana.

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Garaikoetxea y EA son la principal incógnita de las elecciones autonómicas vascas. Es la única fuerza rigurosamente inédita, sin pasado. Sólo se sabe que asegura contar con más de 10.000 afiliados registrados en los archivos centrales y con otro contingente que puede rondar las 5.000 personas en las organizaciones locales, todavía sin controlar por la coordinadora nacional. Pagan cuotas de 200, 500 o 1.000 pesetas, según su capacidad económica, aunque se trata de cifras meramente indicativas.

La dentellada a la organización del PNV ha sido considerable, según los responsables de organización, pero la capacidad de atracción de EA no se agota en el partido del que se escindió. Aproximadamente un 20% de sus cotizantes noprocede del PNV. Una ojeada a los ficheros revela, sin embargo, que existe pedigrí nacionalista suficiente como para pensar que la herencia de Arana ha quedado repartida.

Junto a los Joseba Elósegui o los Sabin Zubiri, militantes históricos de la clandestinidad, han otorgado su confianza al partido de Garaikoetxea las familias de Juan Ajuriaguerra, conductor del nacionalismo moderado hasta la transición democrática; Manuel Irujo, ministro de Gracia y Justicia de la II República, o la viuda de Javier Landáburu, vicepresidente del Gobierno vasco en el exilio y pionero de la organización europea de la democracia cristiana. El nonagenario ex lendakari Jesús María Leizaola hace campaña para el PNV, pero en EA no faltan motivos de consuelo porque la mayoría de los empleados de la sede parisiense del Gobierno vasco en el exilio asiste a sus mítines.

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