Cartas al director

'Puentes', sí

Que la autoridad ponga una virgen de noviembre en septiembre, eso lo llevo, como diría vuesa merced, señor editorialista de EL PAÍS, como al desgaire. Pero que, con una puntería estupenda, los competentes en la materia transporten una fiesta madrileña (la de la Virgen de la Almudena) de un domingo a un lunes despejado y con buen tiempo (Natividad de Nuestra Señora, al parecer), eso me parece de perlas. Aunque el que esto firma haya tenido que trabajar en ocasión tan propicia.Porque la cuestión de los puentes empieza a plantearse para muchos de otra forma. A saber: ¿por qué no se identif...

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Que la autoridad ponga una virgen de noviembre en septiembre, eso lo llevo, como diría vuesa merced, señor editorialista de EL PAÍS, como al desgaire. Pero que, con una puntería estupenda, los competentes en la materia transporten una fiesta madrileña (la de la Virgen de la Almudena) de un domingo a un lunes despejado y con buen tiempo (Natividad de Nuestra Señora, al parecer), eso me parece de perlas. Aunque el que esto firma haya tenido que trabajar en ocasión tan propicia.Porque la cuestión de los puentes empieza a plantearse para muchos de otra forma. A saber: ¿por qué no se identifica ante el personal -de una vez y para siempre- ese cerebrito, boyeriano y productivista en espaldas ajenas, que sermonea contra los puentes una vez sí y a la siguiente lo mismo? ¿Por qué carajo, le molesta que la gente -tenga varios días libres seguidos?

Muchos hemos aprendido a hartarnos de tener demasiado pronto -demasiados años- trabajos asfixiantes, embrutecedores y peor remunerados que el pitagorín anónimo que nos maldice porque nos gustan los puentes y los ríos, comemos demasiado o nos tomamos unas copas con los amigos todas las noches que podemos.

Estamos cansados de que, con delicadeza litúrgica, nos quiera convertir en europeos legalísimos, empaquetados, obedientes y, sobre todo, invisibles después del curro. Venga ya. Vuélvete al colegio de superpago del que saliste.

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A lo mejor allí una virgen o un santo portátiles, de esos que sirven para que los demás se monten un respiro, te traspasa sus alas y -con un poco de suerte- te pierdes en el limbo de una puñetera vez para siempre... ¡Ah! Y recuerda que tu mentalidad de obispo posmoderno y de empresario insaciable no te librará de convertirte en una calavera roñosa.

Los cementerios también están llenos de piaras de gnomos del ministro de Economía Carlos Solchaga con el estigma de vuestra clase, Asi que quédate en el limbo, Stajanov calvinista Otros preferidos a tu vida japonesa todo el maldito infierno que podamos ¿Pasa algo?-

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