Un 'Pitufo' de 50 millones

Los compañeros de Miguel Pardeza Pichardo le conocen como el Pitufo. Su 1,66 de estatura y su juego ratonero dan para ese tipo de apodos y alguno más. El pasado año estuvo cedido en el Zaragoza y allí le llamaban Saetilla. Aunque no era el quinto malo, alguien ha estado a punto de conseguir que así fuera. Pardeza ha sido el desheredado de la fortuna, el último de la ya histórica Quinta del Buitre en asentarse en la primera plantilla del Madrid junto a Emilio, Michel, Sanchis y Martín Vázquez.Hubo algún técnico de la casa blanca que intentó quitarle de la cabeza, hac...

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Los compañeros de Miguel Pardeza Pichardo le conocen como el Pitufo. Su 1,66 de estatura y su juego ratonero dan para ese tipo de apodos y alguno más. El pasado año estuvo cedido en el Zaragoza y allí le llamaban Saetilla. Aunque no era el quinto malo, alguien ha estado a punto de conseguir que así fuera. Pardeza ha sido el desheredado de la fortuna, el último de la ya histórica Quinta del Buitre en asentarse en la primera plantilla del Madrid junto a Emilio, Michel, Sanchis y Martín Vázquez.Hubo algún técnico de la casa blanca que intentó quitarle de la cabeza, hace varios, años su apasionado interés por devorar todo tipo de libros y periódicos no deportivos que caía en sus manos, con el peregrino argumento de que eso era perjudicial y descentraba a todo buen profesional del balón que se precie de serlo las 24 horas del día. Naturalmente, Miguel sigue leyendo libros.

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Mientras veía a sus cuatro compañeros formar parte de una de las ascensiones juveniles más irresistibles del fútbol español, pese a haber debutado también en el Bernabéu con el primer equipo madridista de la mano de Alfredo di Stefano, frente a la Real Sociedad, Pardeza aceptó la cesión al Zaragoza sólo para demostrarse a sí mismo que era capaz de jugar en Primera División. Ha vuelto al Bernabéu como campeón de Copa y valorado en 50 millones de pesetas.

Cincuenta kilos fue la cantidad que pusieron sobre la mesa del presidente madridista, Ramón Mendoza, los dirigentes del club aragonés para quedarse con los derechos en propiedad del jugador. Pero Mendoza y Leo Beenhaker, con buen criterio, descartaron la opción del traspaso porque creen en él. Mendoza incluso le compensó con un aumento económico de su contrato. Pardeza sale en los segundos tiempos y en ellos tiene el dificil reto de buscar un hueco en el equipo titular a sus 166 centímetros de desparpajo.

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