Tribuna:MUNDOBASKET 86

Nuevo mercado

La inclusión de varios jugadores en el último draft y la próxima marcha de Fernando Martín han puesto de manifiesto el interés del mejor baloncesto del mundo por un mercado hasta ahora inexistente para ellos.La NBA, años atrás, parecía un lejano olimpo donde moraban grandes dioses que entre bacanal y bacanal organizaban una competición de algo parecido a nuestro baloncesto. Los ganchos de Abdul Jabar, los mates desde la personal de Chamberlein o los perfectos tiros de Jerry West, que podíamos ver cuando algún avanzado traía películas de allí, contribuían, junto a nuestro desconoc...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La inclusión de varios jugadores en el último draft y la próxima marcha de Fernando Martín han puesto de manifiesto el interés del mejor baloncesto del mundo por un mercado hasta ahora inexistente para ellos.La NBA, años atrás, parecía un lejano olimpo donde moraban grandes dioses que entre bacanal y bacanal organizaban una competición de algo parecido a nuestro baloncesto. Los ganchos de Abdul Jabar, los mates desde la personal de Chamberlein o los perfectos tiros de Jerry West, que podíamos ver cuando algún avanzado traía películas de allí, contribuían, junto a nuestro desconocimiento, a crear un halo celestial que la envolvía.

El saber desmitifica. Cuando desembarcamos de nuestra ignorancia, nos percatamos de que lo único que nos diferenciaba de aquellos dioses eran pequeños detalles sin importancia: altura, rapidez, salto y, con la mayoría, color.

La mejora tanto física como técnica del jugador europeo ha logrado que los americanos hayan contemplado la posibilidad de encontrar algún producto válido para sus necesidades. Como buenos empresarios, no descartan un nuevo mercado. Y lo mejor de este mercado se halla presente en el Mundobásket.

Las primeras adquisiciones -Schiremp y Blab- las hicieron el año pasado. No eran lo mejor, pero eran made in USA. Fernando Martín será el primer español y, si no hay más europeos por ahora, es debido a ciertas concepciones deportivas dispares entre el bloque occidental y el oriental. Pero no debemos cegarnos. La lista de posibles jugadores NBA es todavía lo bastante limitada para no permitir ninguna euforia europeísta.

Además, convendría hacer ciertas puntualizaciones: Europa cuenta con una docena de jugadores que podrían estar en la NBA, pero sólo unos pocos -menos de cinco que podrían jugar. El estar o el jugar depende no sólo de la propia calidad, sino del equipo al que se llegue. Así, Fernando Martín es muy posible que, de haberse quedado en Nueva Jersey, teniendo a Buck William delante, no habría intervenido más que un indio dando vueltas a una caravana esperando que le maten. La temporada que viene jugará en Portland, donde no tiene tanta competencia en su puesto, y, lógicamente, tendrá más posibilidades de saltar a la cancha.

Otra consideración a tener en cuenta es que los jugadores en Europa no tienen por qué ser los más capacitados en Estados Unidos. Volkov, siendo globalmente inferior a Petrovic, tiene más posibilidades, en un caso hipotético, de jugar en la NBA. Es más especialista y el especialista es, dejando aparte a los monstruos sagrados, el rey de la NBA.

Por lo tanto, a pesar de que los norteamericanos ya saben no sólo dónde está Europa, sino que aquí también hay teléfonos, no parece probable, por ahora, una emigración masiva. Ni su interés ni la calidad de nuestro mercado dan todavía para tanto.

Archivado En