TENIS

Hana Mandlikova impide el 70º enfrentamiento entre Evert y Navratilova

La checoslovaca Hana Mandlikova cumplió ayer a la perfección el papel de aguafiestas del 70º enfrentamiento entre su ex compatriota y ahora estadounidense Martina Navratilova y la también norteamericana Chris Evert. Hana, como ya ocurrió en el torneo de Estados Unidos de 1985, derrotó a Chris en las semifinales por 7-6 (7-5) y 7-5 en una hora y 39 minutos. Para repetir su hazaña del año pasado, Hana deberá ganar ahora a Martina en la final. Navratilova ganó ayer fácilmente a la argentina Gabriela Sabatini por un doble 6-2 en 53 minutos. Hoy se disputan las semifinales masculinas.

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La checoslovaca Hana Mandlikova cumplió ayer a la perfección el papel de aguafiestas del 70º enfrentamiento entre su ex compatriota y ahora estadounidense Martina Navratilova y la también norteamericana Chris Evert. Hana, como ya ocurrió en el torneo de Estados Unidos de 1985, derrotó a Chris en las semifinales por 7-6 (7-5) y 7-5 en una hora y 39 minutos. Para repetir su hazaña del año pasado, Hana deberá ganar ahora a Martina en la final. Navratilova ganó ayer fácilmente a la argentina Gabriela Sabatini por un doble 6-2 en 53 minutos. Hoy se disputan las semifinales masculinas.

ENVIADO ESPECIAL, Wimbledon es este año más europeo que nunca. Si los cuatro semifinalistas masculinos, que juegan hoy -Zivojinovic (Yugoslavia)-Lendl (Checoslovaquia) y Becker (RFA)-Leconte (Francia-, son europeos, prácticamente lo mismo se puede decir de las dos finalistas, aunque Navratilova, nacida en Checoslovaquia, consiguiese la nacionalidad estadounidense hace apenas tres años. El dato, sin duda, preocupa a los estadounidenses, que se hacen las mismas preguntas que los españoles en los últimos años ante la ausencia de nuevos valores. El tenis, sin embargo, es uno de los deportes más individuales que existen y el orgullo nacionalista depende, al margen de la planificación, de que surja un genio en el suelo patrio, sea este sueco, norteamericano, alemán o español.Los más preocupados, sin embargo, son los responsables de la cadena televisiva norteamericana NBC, que han pagado miles de dólares para tener la exclusiva de la transmisión de unas finales que no van a tener la audiencia de las que disputaron Jimmy Connors, John McEnroe o Chris Evert. Hay que remontarse 20 años para que en las finales masculina y femenina no hubiese un jugador nacido en Estados Unidos. Los tiempos es tán cambiando.

Un partido redondo

Chris Evert era la última esperanza blanca y Hana Mandlikova se encargó de destrozarla. Hana es una jugadora inestable, capaz de lo mejor y de lo peor con segundos de diferencia, pero ayer le salió un partido redondo. Su primer servi cio fue muy efectivo y estuva acompañado por golpes fuertes y profundos que impedían a Chris tener esos segundos que necesita para conectar sus golpes paralelos o cruzados desde el fondo de la pista. En una palabra, Hana jugó más veloz.El partido no fue espectacular, pero sí tuvo calidad táctica. Fue una lucha mental en la que Hana se afanaba por mantenerse concentrada y Chris por romper esa concentración. La primera manga se resolvió con la muerte súbita. En la segunda Chris dispuso de una ventaja de 3-0 y de otra de 5-2. Fue entonces cuando surgió el mejor tenis de Hana, una jugadora de gran talento que parece haber llegado a su madurez mental. Mandlikova ganó 14 puntos consecutivos, empató 5-5, volvió a romper el servicio de Chrisy ganó el partido.

Navratilova tuvo un partido absolutamente sencillo. Gabriela Sabatini asumió perfectamente el papel de alumna y se dedicó a aprender de una mujer que está en la cumbre de su profesión. Sabatíni, la semifinalista más joven de este siglo, con 16 años, nació como jugadora de fondo, pero ayer se atrevió a variar su juego y lanzarse de vez en cuando en busca de las voleas. Es un dato muy positivo y valiente en una jugadora tan joven y demuestra que estará entre las mejores en pocos años. Navratilova, por su parte, intentará mañana ganar su séptimo título de Wimbledon, tantos como finales ha disputado.

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