Cartas al director

500 millones

En estadística, la media es la nota central de una serie de puntuaciones, pero ese "centro" no tiene por qué coincidir con la mitad de la escala. Ante la transición y la incógnita del futuro, las primeras elecciones democráticas mostraron una sociedad sucumbida por la mágica y demagógica palabra "centro". Una estructura circunstancial funda una tradición de centro. Desde: ese momento, todas las formaciones políticas centran sus posiciones, las desnaturalizan, para hacerse con un sector social perversamente formado.¿Centro? Una falacia. En política no puede existir esa posición, pues...

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En estadística, la media es la nota central de una serie de puntuaciones, pero ese "centro" no tiene por qué coincidir con la mitad de la escala. Ante la transición y la incógnita del futuro, las primeras elecciones democráticas mostraron una sociedad sucumbida por la mágica y demagógica palabra "centro". Una estructura circunstancial funda una tradición de centro. Desde: ese momento, todas las formaciones políticas centran sus posiciones, las desnaturalizan, para hacerse con un sector social perversamente formado.¿Centro? Una falacia. En política no puede existir esa posición, pues sus colores son visibles aunque menos brillantes. Sólo existen dos posturas: una, la que está a favor de la tecnocracia, de los empresarios, el capitalismo financiero y el imperialismo; otra, la que apoya al trabajador, los movimientos de liberación social y de los pueblos y opera con sentido de lo ecológico.

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Por eso el centro es una fantasmagoria. Y en España, una sugestión histórica, una palabra de encantamiento que incide en cierta población que se ampara en ideas de equilibrio, para calmar su miedo ante un futuro político-social en un mundo complejo. - Mariano Gómez Marichalar.

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