Iluminada García Díaz

Una mujer sube al 'parqué' de la Bolsa de Madrid

Llegó hace un mes, pero los agentes de cambio y bolsa de Madrid ya se han acostumbrado a que una mujer suba cada mañana al parqué. Iluminada García Díaz ha tardado algo más en acostumbrarse a que su currículo cause estupefacción y a ser la primera en muchas cosas. Tres licenciaturas, un doctorado y una cátedra conseguida a los 23 años forman parte de su equipaje. A Iluminada, hija de un obrero de la cuenca minera asturiana, sólo le ha faltado tiempo para cumplir un deseo: aprender a tocar el piano.

Un día, hace 13 años, Iluminada García Díaz y su marido echaron una moneda al aire. Estab...

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Llegó hace un mes, pero los agentes de cambio y bolsa de Madrid ya se han acostumbrado a que una mujer suba cada mañana al parqué. Iluminada García Díaz ha tardado algo más en acostumbrarse a que su currículo cause estupefacción y a ser la primera en muchas cosas. Tres licenciaturas, un doctorado y una cátedra conseguida a los 23 años forman parte de su equipaje. A Iluminada, hija de un obrero de la cuenca minera asturiana, sólo le ha faltado tiempo para cumplir un deseo: aprender a tocar el piano.

Un día, hace 13 años, Iluminada García Díaz y su marido echaron una moneda al aire. Estaba en juego cuál de los dos se convertía en agente de cambio y bolsa. Ganó Iluminada, y su marido, economista y abogado, dirigió sus pasos hacia la empresa. Tras dos años de preparar las oposiciones, Iluminada consiguió el número 11 -"mi marido me dijo en broma: como siempre quieres ser la número uno, ahora lo eres por partida doble"- y ocupó una plaza de agente en Barcelona. Ése fue el principio de su carrera en la bolsa. Aunque quizá todo empezó en un pueblecito de la cuenca minera asturiana, en Moreda de Aller. Allí un obrero de una empresa minera y su mujer, padres de dos niñas, soñaron que sus hijas, Azucena e Iluminada, "no harían lo mismo que ellos". Y las mandaron a estudiar. Algún tiempo después Azucena se convertía en profesora mercantil e Iluminada les regalaba el siguiente currículo: profesora mercantil, doctora en Ciencias Económicas, catedrática de Teoría Económica, licenciada en Derecho y Políticas y actuaria de seguros. Iluminada está casada y tiene tres hijos, pero, aunque lo haría encantada, no puede hablar de ellos. Son dos chicos y una chica ya mayores de edad, a quienes les molesta que su madre explique lo estupendos que son. Cuando Iluminada tenía pocos años más que su hijo mayor, a los 23, consiguió una cátedra en la Escuela de Comercio de Valladolid y dio clases a alumnos mayores que yo" Desde primero de febrero, Iluminada García Díaz es, de nuevo, la primera. La primera mujer que ha conseguido subir al parqué, el desnivel situado en el centro de la sala, de la Bolsa de Madrid. Allí sólo suben los agentes, los encargados de ratificar cualquier transacción en el mercado de valores. Los alrededor de 80 hombres agentes de la más importante bolsa española en volumen de contratación ya estaban "hechos a la idea" de que lluminada iba a entrar, un día u otro, en su Bolsa.

En estos momentos, en España trabajan como agentes cuatro mujeres, y, con excepción de Iluminada, las otras tres lo hacen en la Bolsa de Barcelona. Una quinta está en camino de ejercer, como decía antes el código de agentes, esta profesión viril.

Entrando en la Bolsa de Madrid, detrás de la tercera columna de la izquierda, se encuentra el pupitre de Iluminada. Cada mañana llega a la Bolsa, estudia las previsiones del día con sus empleados y con una colaboradora muy especial, su hermana Azucena, y se sube al parqué. Los gritos de los agentes de cambio y bolsa resuenan por el salón: "Doy a 90". "Tomo a 80". "Hechas".

Cuando el reloj da las doce, el encanto se rompe. Apoderados, agentes, representantes bancarios, bolsistas, empleados y curiosos abandonan el mundo del dinero. A Iluminada le espera en la calle su último reto: aprender a tocar el piano.

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