Crítica:

Aventura de la música

La mejor escuela para el músico de jazz es sin lugar a dudas frecuentar los escenarios con la mayor asiduidad posible, frente a la mayor diversidad de público, circunstancias y compañías musicales. La preparación más completa para afrontar todos los riesgos que entraña esa aventura ha sido en los músicos norteamericanos, tradicionalmente, permanecer largas temporadas en el seno de una o varias big-bands. Ni que decir tiene que es ahí donde se pone el mayor hincapié en escuchar, comprender y compenetrarse con el resto de los músicos que cooperan para que la masa sonora sea un todo...

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La mejor escuela para el músico de jazz es sin lugar a dudas frecuentar los escenarios con la mayor asiduidad posible, frente a la mayor diversidad de público, circunstancias y compañías musicales. La preparación más completa para afrontar todos los riesgos que entraña esa aventura ha sido en los músicos norteamericanos, tradicionalmente, permanecer largas temporadas en el seno de una o varias big-bands. Ni que decir tiene que es ahí donde se pone el mayor hincapié en escuchar, comprender y compenetrarse con el resto de los músicos que cooperan para que la masa sonora sea un todo y no una suma de individualidades.La faceta instrumental en servicio de una comunidad se amplía al concepto orquestal, pues es en las big-bands donde los arreglos pueden ser experimentados y estudiados con más posibilidades.

Jazz entre amigos se emite hoy, a las 23 horas, por TVE-2

00 horas, por TVE-2.

Clark Terry y Frank Foster, que actúan hoy en Jazz entre amigos, son dos ejemplos de esta forma de aprendizaje. Ambos han pasado por las bandas más importantes del momento, se han ido con otros proyectos, han vuelto a la misma o a otra igualmente famosa y han acabado formando su propia big-band.

Han aprendido la ciencia de los arreglos y la orquestación, lo que ha hecho de Foster uno de los arreglistas más importantes de la orquesta de Count Basie de los años cincuenta o sesenta. Y ante todo han adquirido una apertura de mente propia de un músico de este siglo, siendo capaces de integrarse en formaciones de la más diversa índole, constitución y enfoque, dentro o fuera del jazz, relacionándose con campos tan dispares como lo son la música pop y la música contemporánea. Clark Terry tiene, por ejemplo, una importante colaboración en el disco Mother, mother del sello Pablo, una interesante forma de contrastar el jazz y la música orquestal de hoy.

Falta decir el principio. Foster es un saxofonista tenor flexible y elegante, y aunque empezó con el clarinete y el alto, pronto cambió de instrumento por influencia de Sonny Stitt principalmente.

Clark Terry es trompetista, toca el fliscornio con dulzura resultado de un fraseo redondeado por su característica técnica de medias válvulas, y a veces incluso canta.

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