Cartas al director

La anécdota de Ortega y El Gallo

En EL PAÍS del lunes 23 de diciembre, en el artículo dedicado al torero Domingo Ortega, se cuenta una anécdota en la que el autor atribuye a El Gallo un comentario sobre Ortega y Gasset. El torero dice, al enterarse de que Ortega es filósofo: "Tié q'haber gente pa'tó".

La anécdota original es muy anterior a la filosofía de don José, pero, como ocurre a menudo en estos casos, los protagonistas primitivos se sustituyen por otros, según convenga a la época del relato. Esta anécdota la cuenta Salinas, con su inigualable estilo, en el ensayo...

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En EL PAÍS del lunes 23 de diciembre, en el artículo dedicado al torero Domingo Ortega, se cuenta una anécdota en la que el autor atribuye a El Gallo un comentario sobre Ortega y Gasset. El torero dice, al enterarse de que Ortega es filósofo: "Tié q'haber gente pa'tó".

La anécdota original es muy anterior a la filosofía de don José, pero, como ocurre a menudo en estos casos, los protagonistas primitivos se sustituyen por otros, según convenga a la época del relato. Esta anécdota la cuenta Salinas, con su inigualable estilo, en el ensayo La gran cabeza de turco o la minoría literaria, en el epígrafe de este ensayo "¡Oh, torero, modelo de comprensión!". El protagonista es Lagartijo (que murió en 1900, cuando Ortega y Gasset no tenía los 20 años) y está relacionada con un histólogo madrileño que visita Córdoba. Lagartijo, "varón de parvas letras y mucho seso", conoce al madrileño a través de su amigo don Fernando X, catedrático de Instituto y, cuando este último explica al torero que el señor es histólogo, Lagartijo pregunta: "¿Y ezo, qué é'. La explicación deja perplejo al torero, que dice: "Ná, ná, don Fernando, que azi ez er mundo. ¡Hay gente pa tó!'.-

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