Un militar ecuatoguineano, muerto al mediar en una pelea en una discoteca

El ciudadano ecuatoguineano Julián Oyono Obama falleció en la madrugada de ayer en la residencia sanitaria La Paz, de Madrid, a causa de una herida por arma blanca que le asestaron al intentar mediar en una reyerta que se inició en una discoteca de la zona de Bravo Murillo. El fallecido, de unos 25 años de edad, era oficial del ejército de su país y se encontraba en Madrid realizando unos cursos de policía militar, según la Jefatura Superior de Policía.El incidente ocurrió a altas horas de la madrugada en la discoteca El Sueño, situada en el número 8 de la calle de San Enrique. Varios clientes...

El ciudadano ecuatoguineano Julián Oyono Obama falleció en la madrugada de ayer en la residencia sanitaria La Paz, de Madrid, a causa de una herida por arma blanca que le asestaron al intentar mediar en una reyerta que se inició en una discoteca de la zona de Bravo Murillo. El fallecido, de unos 25 años de edad, era oficial del ejército de su país y se encontraba en Madrid realizando unos cursos de policía militar, según la Jefatura Superior de Policía.El incidente ocurrió a altas horas de la madrugada en la discoteca El Sueño, situada en el número 8 de la calle de San Enrique. Varios clientes africanos se enzarzaron en una pelea a gritos y puñetazos. Julián Oyono intervino entonces para apaciguar los ánimos y recibió, ya en la calle, un pinchazo en la región supramamaria izquierda, a la altura del corazón.

Los amigos de Julián Oyono le trasladaron de inmediato a La Paz, donde ingresó a las 6.15 horas y falleció tres cuartos de hora después. Los participantes en el incidente fueron interrogados ayer por los inspectores del Grupo de Homicidios encargados del caso.

Las manos en los bolsillos

Por otra parte, un hombre que, al parecer, perpetraba atracos con las manos en los bolsillos ha sido detenido y acusado de 18 asaltos a supermercados de la firma DIA. Según la policía, el detenido, J. M. S. S., de 24 años, entraba solo en los establecimientos y amenazaba a las cajeras sin exhibir arma alguna, pero diciendo que las llevaba en los bolsillos, donde escondía las manos.Así consiguió botines de entre 10.000 y 25.000 pesetas, que empleó en comprar droga. Huía siempre a pie y actuó en establecimientos de los barrios de Vallecas, Atocha y Lavapiés. Las cajeras asaltadas lo describían como un joven de algo más de 20 años, de 1,70 metros de estatura, delgado y con el pelo rubio o castaño.