El mas alto y el más bajo son los novatos destacados de la NBA

Manute Bol, de los Bullets de Washington, y Spud Webb, de los Hawks de Atlanta, demuestran a qué extremos ha llegado la Asociación Norteamericana de Baloncesto (NBA). Son el alto y el bajo de la Liga, el gigante más grande y el enano más pequeño en la historia de la NBA. Bol, un ganadero de la tribu dinka de Sudán, mide 2,28 metros de estatura. Webb, un saltamontes humano criado en Texas, mide sólo 1,67, 33 centímetros menos que la estatura promedio de un jugador profesional. Son los novatos de más renombre de este año, aunque su fama tiene que ver menos con la habilidad que con ...

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Manute Bol, de los Bullets de Washington, y Spud Webb, de los Hawks de Atlanta, demuestran a qué extremos ha llegado la Asociación Norteamericana de Baloncesto (NBA). Son el alto y el bajo de la Liga, el gigante más grande y el enano más pequeño en la historia de la NBA. Bol, un ganadero de la tribu dinka de Sudán, mide 2,28 metros de estatura. Webb, un saltamontes humano criado en Texas, mide sólo 1,67, 33 centímetros menos que la estatura promedio de un jugador profesional. Son los novatos de más renombre de este año, aunque su fama tiene que ver menos con la habilidad que con el tamaño.Cuando estira los brazos, Bol llega a una altura de 3,11 metros y puede dejar el balón sobre la canasta sin ponerse de puntillas. Webb también es capaz de ello, pero después de practicar su impresionante salto vertical de 1,06 metros, y puede rematar de espaldas con las dos manos, algo que muchos ni intentan. Webb es el más conocido de los dos; en parte, porque el público norteamericano sabía de sus hazañas cuando jugaba como universitario. Ha participado en todos los partidos de los Hawks y tiene un promedio de 5,5 puntos y tres asistencias. A pesar de su baja estatura, ha puesto dos tapones: "Yo solamente salgo a la cancha y uso las habilidades que me dio Dios", dice Webb. "Yo no puedo pasar el tiempo abochornado porque no mido dos metros". "Su corazón es tan grande como su cuerpo", dice Jack McCIoskey, gerente de los Pistons de Detroit.

Bol es un rascacielos ambulante y, aunque suplente y algo débil, es el único jugador capaz de poner un tapón por minuto. En el último partido, frente a los Bucks de Milwaukee, realizó 12 tapones, cogió nueve rebotes y marcó 18 puntos. "Si aumenta de peso, nadie podrá marcarlo", dice Patrick Ewing, de los Bigs de Nueva York, otro d elbutante esta temporada.

Bol tiene una dieta especial: ingiere, por lo menos, 5.000 calorías al día y hoy pesa 67 kilos, siete más que en agosto. Los Bullets lo miman como si fuera el hijo más joven y débil de la familia -Manute, en el idioma de los dinkas, quiere decir hijo único- e iguala a otro jugador africano famoso, Akeem Abdul Olajuwon, de los Rockets de Houston. Bol ha estado jugando al baloncesto pocos años. Es ahora cuando está aprendiendo los pormenores del deporte.

Antecedentes

Bol fue descubierto por Don Feeley, un técnico norteamericano que estaba en Jartum entrenando al equipo nacional. Bol viajó 960 kilómetros y seis días en tren para unirse a la plantilla. Vivía en Gogrial, un pueblo del oeste sudanés donde nadie es pequeño. Su madre mide 2,07 metros y su padre y su hermana 2,02. Dicen que su abuelo medía 2,38, pero, aunque fuera verdad, nació demasiado pronto para que pudiera ser descubierto por los escuchas norteamericanos del baloncesto.Bol habla árabe, inglés y el idioma de los dinkas. Es inteligente, agradable y muy gracioso. No niega que mató a un león con su lanza, pero afirma que lo hizo cuando el animal estaba durmiendo. "Si no, me habría matado", razona.

Tiene una explicación lógica de por qué en el pasaporte su estatura figura sólo como de 1,64 metros: "Me midieron cuando estaba sentado", dice. Y se ríe cuando se queja sobre la publicidad que recibe. "Yo sé que soy guapo", afirma, "pero esto es ridículo".

Webb y él ganan el salario mínimo de la Liga, 70.000 dólares (unos 11 millones de pesetas). Pero Bol tiene un contrato de publicidad con Nike por un año y 100.000 dólares (unos 15 millones de pesetas).

"Yo creo que la gente que le ve jugar en cada ciudad quiere que tenga mucho éxito", dice Bob Ferry, gerente de los Bullets. "Lo que ha hecho hasta ahora es increíble. Es un cuento como el de La Cenicienta".

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