Ramón Pelayo

Un abogado de 30 años se encargará de la defensa de José María Ruiz-Mateos en España

Asusta un poco oír a Ramón Pelayo, de 30 años, hablar con la contundencia y seguridad con que lo hace. A pesar de su récord personal, resumido en el hecho de haber sido, con 23 años, el abogado del Estado más joven de España en su tiempo, Ramón Pelayo no hubiera pasado de ser un chico listo más, uno más de los miles de abogados que pueblan este país de abogados, de no ser porque a la temprana edad que exhibe se le ha cruzado en su camino nada más y nada menos que la defensa en España de José María Ruiz-Mateos.

Hacerse cargo del contencioso más importante. de este final de siglo, un ...

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Asusta un poco oír a Ramón Pelayo, de 30 años, hablar con la contundencia y seguridad con que lo hace. A pesar de su récord personal, resumido en el hecho de haber sido, con 23 años, el abogado del Estado más joven de España en su tiempo, Ramón Pelayo no hubiera pasado de ser un chico listo más, uno más de los miles de abogados que pueblan este país de abogados, de no ser porque a la temprana edad que exhibe se le ha cruzado en su camino nada más y nada menos que la defensa en España de José María Ruiz-Mateos.

Hacerse cargo del contencioso más importante. de este final de siglo, un caso que va a tener prendida la atención social, política y judicial española hasta bien entrada la próxima centuria, va a cambiar para siempre la vida de Ramón Pelayo. Y él lo sabe. "Cualquier abogado del Estado está capacitado para llevar este caso desde el punto de vista jurídico. Si algo me preocupa son precisamente las cuestiones extrajurídicas: la infraestructura necesaria, el tamaño del despacho y, por supuesto, la atención social y la presencia diaria de la Prensa. Es precisamente esto lo que más me asusta -del tema".Ramón Pelayo lo ha hecho todo bastante pronto.. Con 23 años, un año aparentemente mágico en su vida, contrajo matrimonio, y ahí están María, Ramón y Rosario, seis, cuatro y un año, respectivamente, para dar testimonio del asunto. Su ocio lo emplea en asuntos bastante normales: jugar al tenis y leer literatura latinoamericana.

Lo empleaba, cabría decir. Porque si definitivamente se encarga de la defensa del fundador de Rumasa, le va a quedar poco tiempo libre para juegos florales. "Todavía no he firmado ningún tipo de contrato con Ruiz-Mateos. Primero tengo que ver toda la documentación del caso y ver qué se puede hacer de nuevo. En ese momento le daré mi opinión global del tema y Siólo entonces llegaremos a un acuerdo sobre estrategias y condiciones de mi defensa. De dinero todavía no hemos hablado".

Ramón Pelayo, profesor de Derecho Mercantil en la universidad de Málaga, especialista por su formación y práctica jurídica en derecho público y mercantil, tiene todavía algunas dudas importantes que despejar para hacerse cargo del caso Rumasa, dudas relacionadas con el espinoso asunto de las venias. "No me haré cargo de la defensa si no tengo absoluta libertad para entender de todas las cuestiones civiles y administrativas relacionadas con el caso. O consigo libertad absoluta, con apoyo colegial, para hacerme cargo de todo lo que no es Juzgado de Instrucción Central número 3 (lo penal), o tendría que renunciar a la defensa".

Ramón Pelayo, que está dispuesto a llevar a cabo una defensa puramente jurídica, quiere dejar bien claro que él no ha tenido que superar ningún examen extraño para hacerse cargo del caso. "El asunto de los tests hay que entenderlo justamente al revés. Ha habido muchos abogados que se han ofrecido de motu proprio a Arthur Teele, y éste necesitaba separar el grano de la paja. Cualquier abogado que hubiese contestado un cuestionario de ese tipo se descartaba automáticamente, porque demostraba un desconocimiento supino de nuestra Constitución. Teele buscaba abogados no kamikazes".

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