Crítica

La palabra de WeIles

Hasta Jean-Paul Sartre, muy exigente con las técnicas cinematográficas de Orson Welles, destacó su poder en Ciudadano Kane para "condensar en una sola frase un gran número de acontecimientos vividos día a día". Por aquel tiempo, en 1945, Jorge Luis Borges escribió en el Sur, de Buenos Aires, que este filme "no es inteligente, es genial: en el sentido más nocturno y alemán de la palabra", a pesar del tedio que pareció provocarle.La condensación de la palabra a la que se refiere Sartre tiene su equivalente en la profundidad de campo de la imagen y del sonido. Fue André Bazin, el padre de ...

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Hasta Jean-Paul Sartre, muy exigente con las técnicas cinematográficas de Orson Welles, destacó su poder en Ciudadano Kane para "condensar en una sola frase un gran número de acontecimientos vividos día a día". Por aquel tiempo, en 1945, Jorge Luis Borges escribió en el Sur, de Buenos Aires, que este filme "no es inteligente, es genial: en el sentido más nocturno y alemán de la palabra", a pesar del tedio que pareció provocarle.La condensación de la palabra a la que se refiere Sartre tiene su equivalente en la profundidad de campo de la imagen y del sonido. Fue André Bazin, el padre de los Cahiers du cinéma, de los críticos franceses de posguerra y de la generación de la nouvelle vague, el que mejor analizó la obra de Orson Welles en su libro homónimo. Encontró en las técnicas de profundidad de campo, en los grandes angulares y en la resolución en un solo plano, los mejores ejemplos, neorrealismo italiano aparte, para defender su teoría realista del cine: Orson Welles le sugirió expresiones como "realismo social", primero, "realismo estético", después, el "montaje interno", el "montaje en profundidad" e incluso "el encuadre-secuencia", unidad menor y más densa que el plano-secuencia.

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La innovadora experiencia radiofánica influyó en su cine tanto como su teatro. La imponencia y vigor de su voz, el arte de modularla ante los micrófonos y de filtrarla a través de múltiples fuentes sonoras -elementos a los que hay constantes referencias en sus películas- permiten hablar de Welles como uno de los cineastas que mejor han tratado.el sonido, a pesar de que se aprecia menos en las versiones dobladas y mucho menos en la televisión, un medio, en muchos casos, de baja fidelidad.

Uno de los ejemplos más notorios de este tratamiento dramático de la profundidad de campo del sonido es, como destacó Bazin, la secuencia del fallido suicidio de Susan, sus estertores en primer plano y los golpes del marido sobre la puerta, al fondo.

Las televisiones de España podrían descubrirnos una faceta de Welles poco conocida: sus trabajos para la televisión. No sólo los seis episodios Orson Welles Sketch Book que rodó para la BBC en 1955, sino sobre todo Around the world with Orson Welles y, en particular, los episodios titulados El País Vasco, La vida en el País Vasco y Tauromaquia en España.

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