Un agradable encuentro en la cumbre de la montaña

El índice general rompió ayer la cota 117% y aún le sobraron 16 centésimas, aunque al comienzo de la contratación todo hacía su poner que la bolsa se inclinaría a la baja, después de los recortes sufridos por los valores eléctricos. Los analistas consideran, sin embargo, que el fondo del mercado es lo suficientemente sólido para garantizar la continuidad de la fase alcista y, una vez rota esa primera barrera de resistencia, el índice general tendrá que realizar otro test en torno a 126%-127%. Estas parecen cifras mayores, pero el análisis técnico es capaz de ofrecer muchas sorpresas. En...

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El índice general rompió ayer la cota 117% y aún le sobraron 16 centésimas, aunque al comienzo de la contratación todo hacía su poner que la bolsa se inclinaría a la baja, después de los recortes sufridos por los valores eléctricos. Los analistas consideran, sin embargo, que el fondo del mercado es lo suficientemente sólido para garantizar la continuidad de la fase alcista y, una vez rota esa primera barrera de resistencia, el índice general tendrá que realizar otro test en torno a 126%-127%. Estas parecen cifras mayores, pero el análisis técnico es capaz de ofrecer muchas sorpresas. En cualquier caso, conviene recordar que no es conveniente un exceso de optimismo en un mercado como el bursátil.

Los volúmenes de contratación, por otro lado, permiten hablar de consolidación de las posiciones. El jueves se negociaron 1.964,2 millones de pesetas y ayer esa cifra puede haber sido rebasada. Pero es significativo que se haya registrado una contratación media de 2.500 millones de pesetas efectivas diarias. Mientras, la bolsa parece entrar nuevamente en el ciclo tradicional, con subidas en los primeros días de la semana y mayor debilidad en los finales. Sin ir más lejos, ayer se deshicieron bastantes posiciones a crédito -que sirven para limpiar el mercado- habida cuenta del excesivo volumen que habían adquirido ciertas carteras.

Al mismo tiempo, bastantes operadores han aprovechado estas últimas jornadas para salirse de los valores eléctricos y de comunicaciones, que deben asumir las fuertes ganancias alcanzadas, para situar su dinero en determinados valores industriales. Precisamente los corros de alimentación, siderúrgico y construcción, junto a seguros, se convirtieron ayer en el soporte de la subida del índice general. Sin olvidar a la banca, que parece haberse decidido a incorporarse a la tendencia alcista, aunque con bastante retraso, con un apreciable aumento de su contratación.

Los inversores españoles se ven apoyados, en este proceso, por dinero proveniente del exterior, que lleva dos o tres días dando pruebas de gran actividad, al posicionarse en valores muy concretos y que son fáciles de localizar porque últimamente han protagonizado espectaculares subidas.

Por otra parte, los operadores a corto plazo están aprovechando este momento de respiro para comprar casi todo el papel que aflora a la superficie, en espera de que en la próxima semana se reinicie el alza y con más fuerza aún, si cabe.

El continuado descenso de las retribuciones de los pagarés del Tesoro y el menor precio del dinero apoyan esta posibilidad. El banco emisor no realizó ayer subasta de préstamos, pero en el mercado secundario existen sospechas de que se realice alguna nueva subasta extraordinaria de pagarés en la se podría llegar al 8%. Es curioso que ayer los pagarés a 16 o 17 meses comenzaran a cruzarse en torno al 9,80% y que después se registrase una afluencia compradora tan fuerte que llevó los tipos al 9%; finalmente, éstos repuntaron algo para quedar establecidos en torno al 9,35/ 40. Pero no parece probable que el Tesoro acometa otra subasta a corto plazo y que el recorte vaya mucho más allá del 9%.

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