El centenario de Eugenio Noel

Al cumplirse el centenario del nacimiento de Eugenio Noel, es de justicia recordar al desconcertante ciudadano que durante 25 años no se impuso otra misión que la de denunciar lo anacrónico de la llamada fiesta nacional. A eso consagró la vida, y en los momentos en que los toros estaban en su cénit. Fue en Madrid donde se le despertó la vocación irresistible de explicarle al país, y también a la América hispana, lo lamentable de las corridas de toros, el flamenquismo y todo lo relacionado con la España de pandereta, a raiz de la cogida y muerte del espada Espartero y de la conmoc...

Al cumplirse el centenario del nacimiento de Eugenio Noel, es de justicia recordar al desconcertante ciudadano que durante 25 años no se impuso otra misión que la de denunciar lo anacrónico de la llamada fiesta nacional. A eso consagró la vida, y en los momentos en que los toros estaban en su cénit. Fue en Madrid donde se le despertó la vocación irresistible de explicarle al país, y también a la América hispana, lo lamentable de las corridas de toros, el flamenquismo y todo lo relacionado con la España de pandereta, a raiz de la cogida y muerte del espada Espartero y de la conmoción que este suceso produjo.Después, de tomar parte en la Guerra de Rif, persistió en su campaña antiflamenca, fustigando el machismo, la chulería y la tauromaquia, publicando -en 1914- uno de sus libros de más aceptación: Pan y Toros.

En 1920 viajó a Hispanoamérica, trabajando en México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Panamá, Venezuela, Colombia y Perú contra el toreo.

Luego regresó a España y centró su campaña en la supresión de la suerte de varas (en aquellos años, los caballos de las corridas eran embestidos, sin llevar ninguna protección, por los toros), hasta lograr que se impusieran los petos. Posteriormente murió en Bar celona, en 1936, ahorrándose la ayor de las barbaries nacionales, nuestra guerra civil. -