Reportaje:

Massimo Bogianckino

El actual director administrativo del Teatro de la Ópera de París y antiguo director de La Scala de Milan es el nuevo alcalde de Florencia

A Florencia, nombrada centro de la cultura europea para 1986, acaba de llegar como nuevo alcalde una de las figuras más sólidas de la cultura de nuestro continente: Massimo Bogianckino, romano, de 62 años, hijo de padre florentino. El nuevo alcalde, elegido con 32 votos por comunistas, socialistas, socialdemócratas y liberales, es el director administrativo del Teatro de la Ópera de París. Es un músico y catedrático de música. Es un ex partisano y socialista de toda la vida. Pero sobre todo es un hombre de cultura.

Su currículo es impresionante: hizo sus estudios en Roma, París y Nueva ...

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A Florencia, nombrada centro de la cultura europea para 1986, acaba de llegar como nuevo alcalde una de las figuras más sólidas de la cultura de nuestro continente: Massimo Bogianckino, romano, de 62 años, hijo de padre florentino. El nuevo alcalde, elegido con 32 votos por comunistas, socialistas, socialdemócratas y liberales, es el director administrativo del Teatro de la Ópera de París. Es un músico y catedrático de música. Es un ex partisano y socialista de toda la vida. Pero sobre todo es un hombre de cultura.

Su currículo es impresionante: hizo sus estudios en Roma, París y Nueva York; ha sido profesor en la Escuela Normal de Música de París, en el Carnegie Institute de Pittsburg; director de la enciclopedia Espectáculo; del Instituto de la Historia del Arte; fundador de la revista Esercizi, dedicada a la investigación artística y científica. Ha sido también director de la academia de Santa Cecilia, del teatro de la Scala de Milán y del Festival de los Dos Mundos de Spoleto.Considera su elección como alcalde como el deseo político de hacer de Florencia una auténtica ciudad de cultura en el momento en que existe el riesgo de convertirse en la ciudad del turismo.

Pero si la música Bogianckino la lleva en las venas, sabe también que Florencia tiene que ser más que música. Por eso ha afirmado: "No quiero ser recordado ni como el alcalde de la música ni como el alcalde socialista". Dice que nadie piense que se pasará el día "tocando la mandolina", y que tampoco será "el simple notario de la ciudad".

El nuevo alcalde es un hombre de empuje; se ha declarado, incluso frente a los que le han votado, como un hombre "fuera de las partes". A quien le ha preguntado cómo podrá defenderse, como hombre de exquisita cultura, de los llamados "políticos puros", Bogianckino ha respondido que los políticos puros son los más "impuros". Y ha añadido: "Si piensan que han elegido como alcalde de Florencia a una monita siempre dispuesta a obedecerles en todo, se han engañado".

Ha prometido dimitir como director de la Ópera de París y afirma que desea dedicarse en cuerpo y alma a la ciudad que lo ha escogido. Asegura que no cuenta detrás de él con ninguna fuerza organizada, como si intentase decir, como solía escribir Silone, que es "un socialista sin partido".

Sin embargo, su papel no será fácil. Hay quien le pronostica sólo unas semanas de trono florentino, porque el Gobierno de izquierdas que se acaba de formar en Florencia, una de las pocas ciudades rojas del pasado que han aguantado la embestida democristiana de las últimas elecciones, tiene los pies de arcilla. No existen en Florencia los votos para un pentapartido, como desearía la Democracia Cristiana, pero los liberales que han dado sus votos al nuevo alcalde han sido alertados desde Roma para que se salgan. En ese caso, la nueva alcaldía de izquierda podría salvarse sólo con los dos votos de los verdes.

Mientras tanto, el nuevo alcalde de la cultura es un hombre optimista y con una profunda confianza. Hasta el punto de que ha confesado que se ha votado a sí mismo: "Pensé", ha afirmado, "que valía la pena votarse porque tengo fe en mí mismo y unas ganas grandes de hacer algo bueno por Florencia". Se ha definido de este modo: "Hombre de muchas curiosidades, que lleva dentro una fuerte inquietud, quizá mi distintivo más auténtico".

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