Cartas al director

Excusa a Sorozábal

Pablo Sorozábal hijo protesta, con cierta razón, porque he cometido la impertinencia de llamarle personaje. Me informa de que él no es un personaje, ni siquiera una persona, sino un pobre animal. Pues usted perdone. En modo alguno ducto de la animalidad de Sorozábal ni le atribuyo la más remota personalidad: si tal hubiera parecido, ruego se me excuse. Pero, en cambio, mantengo lo de personaje. Naturalmente, Sorozábal hijo no es personaje en el sentido en que puede serlo el jugador de baloncesto, el autor de Katiuska o yo mismo: para bien o para mal, eso no está a s...

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Pablo Sorozábal hijo protesta, con cierta razón, porque he cometido la impertinencia de llamarle personaje. Me informa de que él no es un personaje, ni siquiera una persona, sino un pobre animal. Pues usted perdone. En modo alguno ducto de la animalidad de Sorozábal ni le atribuyo la más remota personalidad: si tal hubiera parecido, ruego se me excuse. Pero, en cambio, mantengo lo de personaje. Naturalmente, Sorozábal hijo no es personaje en el sentido en que puede serlo el jugador de baloncesto, el autor de Katiuska o yo mismo: para bien o para mal, eso no está a su alcance y me alegra verle tan bien dispuesto a reconocerlo. Pero hay otro tipo de personajes que lo son sin dejar por ello de ser pobres animales: así, por ejemplo, el pato Donald, el oso Yogui, la abeja Maya y Pinochet. Es en esta excelente compañía donde yo incluía a Sorozábal hijo al llamarle personaje, nadie vaya a creer otra cosa. Y en ella le dejo, mientras me voy a preparar mi próxima homilía y él redacta su próxima entrega del apocalipsis según los vascos, con matasellos de la plaza de España. Que nos cunda.- Fernando Savater.

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